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E l c o l o q u i o p r i v a d o d e P a b l o c o n « l a s a u t o r i d a d e s » d e l a c o m u n i d a d d e J e r u s a l é n ( G a l 2 , 2 ) Entre los pasajes autobiográficos del epistolario paulino tal vez sea el más importante Gal 1-2, que recoge una serie de noticias acerca de las re­ laciones del apóstol con la iglesia de Jerusalén y sus dirigentes, en especial con los apóstoles de Jesús. Hay que reconocer, sin embargo, que, si bien el relato de Pablo se entiende en sus elementos esenciales, hay una serie de oscuridades en el texto que complican su inteligencia, por lo que atañe a varios detalles concretos que no carecen, ni mucho menos, de importancia. Voy a ocuparme de algunas cuestiones relacionadas con la segunda visita de Pablo a Jerusalén (Gal 2, 1-10). El apóstol hace saber a los gálatas que en aquella ocasión expuso el evangelio que proclama a los paganos en una se­ sión privada tenida con los «notables» (~ot? S oko G oiv ) 1 de la comunidad «para evitar el seguir corriendo o haber corrido en vano» (| a V¡ xm? eic xevov Tpé/cu i] íopajxov) (Gal 2, 2). Las interpretaciones que han recibido estas palabras son múltiples y difieren entre sí en varios aspectos. Hay, por ejem­ plo, traductores y comentaristas según los cuales el apóstol nombra dos 1 . A falta de un término más apropiado «los notables» responde al griego oí Soxouvte«;. En Teodoreto encontramos oí e-íoY¡|iot («los insignes») y en Ecumenio oí xopócpatoi («los príncipes»). Pablo se refiere a los notables en Gal 2, 2.6(bis).9. Las fórmulas que emplea son oí Soxoüvieq (2, 2.6b), oí ooxoOvce; elvgcÍ ti (2, 6 a) y oí SoxoGvxei; otüXot elvai (2, 9). Se trata sin duda de las personas más respetables de la comunidad de Jerusalén, prácticamente los apóstoles. «Los que eran considerados como columnas» (2, 9) —San­ tiago, Cefas y Juan— se distinguen de oí SoxoOv-sc en cuanto constituyen un círculo de personas más restringido. Hay comentaristas que pretenden descubrir un tono despec­ tivo o irónico en la referencia de Pablo a «los notables». Creo que sólo un prejuicio arraigado acerca de la actitud de enfrentamiento de Pablo con los apóstoles de Jeru­ salén explica semejante postura. La fórmula oí Boxoúvtsí indica de por sí que se trata de «personas respetables», y en ese sentido la emplea Platón (Gorgias 427c). Más ade­ lante se verá mejor por qué la fórmula oí íoxoúvxs? no tiene en la pluma de Pablo matiz alguno peyorativo,

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