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LOS HERMANOS MENORES CAPUCHINOS. 275 dones debe ser enfocado desde ese razonamiento de fondo de la necesidad de integración en la pastoral de la vida religiosa en razón de su peculiaridad en el servicio de la Iglesia. El estudio del razonamiento del fondo o marco teológico eclesial de la integración de los religiosos en la pastoral ha sido materia de diversos encuentros y reflexiones muy actuales a distintos nive­ les 5 y objeto de muchos estudios, también en la actualidad reciente6. Nosotros nos vamos a fijar en las razones secundarias o de conveniencia que justifican la entrega de parroquias a los religiosos como medio de servi­ cio a la iglesia local. Creemos que esas razones secundarias 110 han sido pre­ sentadas con honestidad y llaneza. Quizás, por el temor de que la presenta­ ción de unas razones de conveniencia, de forma llana y honesta, pudiera inducir a algunos a pensar la inserción de los religiosos en la pastoral de la diócesis, a través de la cura parroquial, como solución de emergencia. Son razones más profundas las que están pidiendo, y con urgencia, el que se considere el servicio de los religiosos en las diócesis e iglesias locales 7 como auténtico medio de inserción en la pastoral, sin necesidad de otras formas y medios más concretos de integración como pudiera ser la aceptación de pa­ rroquias. 1 . 1 . Razones de conveniencia de esa inserción o integración en la cura parroquial El Vaticano II se pronunció afirmativamente por la encomienda del mi­ nisterio de la cura parroquial a los religiosos 8 y puso los principios del apos­ tolado de los mismos en las diócesis 9. Comenzó a partir de entonces una nueva era que se dice es de mayor sentido eclesial entre los religiosos que pasan por una mayor incorporación a la iglesia local. El Episcopado espa­ ñol así lo ha entendido, cuando en el número 41 del Documento sobre la Reconciliación afirma: «Tengan por suyas estas palabras los religiosos y las religiosas, cuya participación creciente en las iglesias locales es uno de los signos más esperanzadores del momento» l0. La participación de los reli­ giosos en las iglesias locales siempre ha sido un signo esperanzador. De hecho, toda fundación o nuevo carisma de la vida religiosa ha sido la ex­ presión más viva de la preocupación atenta de unos o varios consagrados por acudir a una necesidad de la iglesia local. Quizás, hoy fuera necesario 5. Sínodos de Obispos, encuentros de la Unión de Superiores Generales y, en Es­ paña, la XVI Asamblea de la Conferencia Española de Religiosos, celebrada en 1975, que trató el tema de «Los religiosos al servicio de la Iglesia local». 6 . Véanse la revista Confer 14 (1975) 491 ss. y A. P eteir o , La integración de los Religiosos en laPastoral de Galicia, en Liceo Franciscano, núms. 76-77. 7. Sobre el significado y valor de la Iglesia local, cfr. M. A . A siain , o. c., 507 ss. 8 . Constitución Christus Dominus, 34 y Motu proprio Ecclesiae sanctae, 33. 9. Christus Dominus, 35. 10. Carta colectiva del Episcopado Español sobre La Reconciliación en laIglesia y laSociedad, en Ecclesia, núm. 1737, 26 de abril de 1975, 553.

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