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LOS HERMANOS MENORES CAPUCHINOS. 293 Parece evidente que el futuro de la tarea parroquial será el trabajo en equipo46. Trabajo apostólico o de evangelización que requerirá una intensa vida espiritual y la capacidad de diálogo y reflexión para hacer posible una revisión constante de los métodos y resultados de trabajo. Fruto todo ello de una mayor madurez humana ocasión de fraternos encuentros y de inter­ cambio de valores y realidades personales cosa que se da ya en los distintos equipos de amistad sacerdotal, tarea parroquial, pastoral de zona, vida en comunidad, etc.4?. En la unidad pastoral, tal como la hemos descrito, a grandes rasgos, en líneas anteriores, tendría pleno sentido el carisma reli­ gioso y cabría de lleno la obra específica de cada Instituto religioso. (Con todo, el código de Derecro Canónico, en el canon 460, párrafo 2, excluye la cura de alma de tipo parroquial entregada y compartida por varios párro­ cos o por un equipo de personas, mentalidad que, aun siendo positiva, no coincide con las experiencias de equipos sacerdotales que hoy se viven). El equipo es un signo de nuestro tiempo en todos los sectores de la ac­ tividad humana. El Concilio Vaticano II no habla ciertamente de equipos de sacerdotes de pastoral, pero todos los documentos respiran un clima que empuja hacia la cooperación entre sacerdotes. La vida religiosa caracterizada por su modo de ser y de vivir «en equipo», vida fraterna o de colaboración, vida común y con unas finalidades, obras y tareas apostólicas compartidas tendría mucho que decir a este respecto. Porque, además, la vida religiosa en común no sólo se preocupa de las tareas a realizar, sino de imitar la mis­ ma vida apostólica en su sentido más pleno. Los religiosos de un equipo parroquial deberían vivir con nuevos aires su vida fraterna y su empeño de ayudarse mutuamente en la realización de su vocación consagrada y sacer­ dotal. Puesta esta base de fraternidad y ayuda mutua, se entiende que la tarea de la cura de almas sirva a los religiosos para reforzar su unidad den­ tro de un gran respeto a la iniciativa y creatividad personal, y para dar tes­ timonio de fidelidad en el servicio a la Iglesia local, con proyección de Igle­ sia universal. El equipo de religiosos con cura parroquial, si verdaderamente es consciente de su propia valoración como equipo, profundizará en la ora- e una paga megliore: questa è un’ambiguità. E ci sono casi in cui ci sono abbastanza sacerdoti secolari; allora prima aspetta a loro prendere la parrocchia. Ma si deve anche dire che ci sono cappuccini che preferiscono essere professori di religione per avere più libertà e non essere impegnati in una parrocchia. E’vero?... Dunque che le cose siano chiare, senza ambiguità, sia da parte nostra che da parte del clero secolare». Discurso del Padre General de los Capuchinos, Pascual Rywalski, en la inauguración del cuarto con­ venio de Párrocos y colaboradores capuchinos, en I religiosi nella Chiesa Locale, Roma 1974, 24. 46. Véase L. M. Sistacii, L os equipos sacerdotales de base territorial. Aspectos jurí­ dicos "de iure condendo", en Revista Española de Derecho Canónico T i (1971) 503-519. En el trabajo no se citan, para nada, los religiosos. 47. Véanse M . S. B a lle s t e r o s , L os equipos sacerdotales en la acción pastoral. Aná­ lisis de situación y experiencias en marcha, en Sal Terrae 65 (1977) 139-147 y G. M ichon- neaus - L. R e t i f - J. Boucheaud, E l equipó sacerdotal, Salamanca 1967.

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