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274 SATURNINO ARA 1 . La inserción de los religiosos en la cura parroquial, valor eficaz La entrega y aceptación de parroquias por los religioso no se da exclusiva ni preferentemente entre los Capuchinos 1 ni tampoco es un fenómeno nuevo en la historia de los Institutos religiosos 2, sobre todo en países de cristian­ dades jóvenes y débiles, necesitadas de la promoción del clero indígena y en países tradicionalmente cristianos, necesitados de clero secular. El fenómeno de la entrega y aceptación de parroquias por los religiosos reviste, hoy, características peculiares. Se parte del hecho de una mayor escasez del clero secular, debida a la disminución de vocaciones al estado clerical. Pero se justifica la entrega y aceptación de parroquias por los reli­ giosos como medio de inserción de los mismos en la iglesia local. El razo­ namiento esconde, por parte de los religiosos un cierto complejo de no in­ serción en las iglesias locales y por parte de Obispos y religiosos, una bús­ queda de integración en la pastoral de las iglesias locales como medio de evidenciar que se es un fiel más o se está en trance de serlo. Cuando en ver­ dad, la pastoral en que se integran los religiosos que aceptan la cura parro­ quial es similar e idéntica a aquella otra pastoral que desarrollan los demás consagrados que se emplean y gastan sus mejores esfuerzos en vivir su vo­ cación específica como el mejor y más auténtico servicio a la iglesia local3. Las nuevas corrientes teológicas que a partir del Vaticano II insisten en la necesidad de una pastoral planificada e integración en la misma de todas las fuerzas vivas de la Iglesia, tienen mucho de verdad. Hay razones de fondo para justificar esa necesidad de integración de los religiosos en la pastoral desde la teología de la Igesia y de la vida religiosa. Sin embargo son razones de oportunismo las que hoy están en juego. El lanzamiento, sin más, de la doctrina de la integración pastoral puede ser el fruto de esa nue­ va conciencia que advierte la necesidad, en todos los sectores de la vida, de un corporativismo o asociacionismo que, en frase de Juan XXIII, ha que­ dado encuadrado dentro del fenómeno de la «socialización»4. El problema de la inserción de los religiosos en la cura parroquial y sus posibles solu- 1. Actualmente los capuchinos regentan en España y Portugal más de 60 parro­ quias. En Italia se aproximan a las 300 parroquias las que están en manos de capuchi­ nos. En España las parroquias regentadas por los religiosos arrojan una cifra superior a 630. Véase para este último dato Guía de las Comunidades Religiosas Masculinas de Españat Madrid 1976. 2. No conocemos ningún estudio monográfico, pero podemos remitir al lector a la obra de R. H o stie , Viday muerte de las Ordenes religiosas, Bilbao 1973, 145 ss. 3. Cfr. M . A . A s iain , LavidareligiosaenlaIglesialocal (estudio teológico-eclesial) en Confer 14 (1975) 501-565. 4. Maler et magistra, 59 ss. Veremos, más tarde, cómo la sociedad eclesiástica ha sabido recoger y_reflejar en su organización pastoral este valor de la socialización en su aspecto más genérico y en el más concreto de «socialización» económica.

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