PS_NyG_1977v024n002p0273_0308

LOS HERMANOS MENORES CAPUCHINOS. 283 dad de la psicología de grupo o comunidad que produce el mutuo conoci­ miento. La parroquia como institución a la que define la existencia de un templo y la cohesión de grupo humano, más o menos homogéneo y caracterizado por relaciones interpersonales, está en profunda revisión y trasformación. Se concede que los templos no son siempre necesarios, como es el caso evidente de las citadas zonas turísticas y barriadas de las ciudades. Se reconoce tam­ bién que las agrupaciones humanas pueden tener su sentido eclesia!, ya a partir de las comunidades de base. El futuro de la parroquia como institu­ ción está en su trasformación como unidad pastoral. El término unidad pas­ toral no es nuevo ni siempre ha sido y es usado en el mismo sentido y que­ riendo que exprese el mismo valor. La Asamblea Conjunta de Obispos- Sacerdotes españoles habla de revisión de unidades pastorales de base e incluye entre las mismas áreas territoriales como la parroquia y el arzipres- tazgo, etc.2S. Para la Asamblea de Obispos y sacerdotes franceses, cele­ brada en 1969, la unidad pastoral es una realidad a la que se espera llegar tras la trasformación del viejo concepto de parroquia territorial29. La unidad pastoral supone profunda trasformación de mentalidad y ac­ titudes a las que responden los nuevos medios y métodos de evangelización. Esa trasformación constituye, a su vez, una auténtica revolución. Se trata de reunir a las personas o fieles allí donde se encuentran, más que de tener en cuenta las instituciones existentes, y hacer de todas ellas una auténtica comunidad humano-cristiana en la que participen sacerdotes, religiosos, re­ ligiosas y laicos empeñados en la misión evangelizadora de la Iglesia. La unidad pastoral es, ante todo, el encuentro eclesial donde se da pleno reco­ nocimiento a la existencia de los carismas de la iglesia local, carismas que se busca coordinar para un mejor servicio de la misma. Y, de forma más explícita, diríamos que la unidad pastoral es la suma de los diversos y varia- 28. Asamblea Conjunta Obispos-sacerdotes, 299. No parece coincidir con el criterio de la Asamblea el pensamiento del Cardenal-Arzobispo de Madrid, Vicente Enrique y Tarancón para quien, como para otros muchos pastoralistas, el equipo de base debería tener un ámbito de arciprestazgo. Escribe el Cardenal: «Las parroquias, sobre todo ur­ banas, no pueden realizar por sx mismas una pastoral con suficiente base sociológica para que sea adecuada y eficiente. Las Vicarías —y no digamos las Diócesis— tienen una amplitud excesiva para hacer en ellas las acomodaciones pertinentes. Esta es la razón principal, sin duda, por la que el Papa ha dado esa importancia a los Arciprestazgos con­ cediéndoles el carácter de unidad pastoral»: Presentación de los nuevos Estatutos del Consejo Presbiteral, en Boletín Oficial de la Arcbidiócesis de Madrid-Alcalá, noviembre 1976, 868. 29. Véanse V. A r t e t a , Laparroquiamañana, en Hechos y dichos, 1967, 650 ss. que es un comentario al libro de F. C on n an y J. C . B a r r e a u , Demain, la paroisse-, H . van H u l t e m , La actividad pastoral en Amsterdam, en Cortcilium, mayo 1967, 330-335; R . S p ia z z i , Los fundamentos relógicos del ministerio pastoral, Madrid 1962; K. G a s t g e b e r , La vidade los clérigos adaptadaalas necesidades, en Concilium, sep.-octubre 1968, 272, escribe: «En las parroquias de las grandes ciudades nacen nuevas estructuras secunda­ rias en las comunidades de las diversas zonas residenciales, y las parroquias territoriales hasta ahora existentes se cubren de una red de comunidades nuevas funcionales...».

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz