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E L PECADO ORIGINAL. 249 los documentos de la Iglesia si se afirma que la generación es sólo condi­ ción y no causa instrumental de la trasmisión del pecado original» 58. Otras cuestiones teológicas más concretas en torno a la relación pecado original- generación las estudia Gibellini en otro artículo. Allí se confirma la conclusión de que los teólogos que conceden a la generación el papel de meracondición para la trasmisión del pecado original, satisfacen lo exigido por los documentos del Magisterio en este punto59. En este campo de las cuestiones teológicas Gibellini recoge la opinión de 22 teólogos del siglo xx en torno al problema antes discu­ tido, pero también en otro de más detalle: 1) función que le corresponde a la concupiscencia en la trasmisión del pecado original, ¿causa instrumental, mera condición?; 2) similar pregunta se hace en relación con la función del esperma paterno con la misma «división de opiniones»; 3) la parte del padre y de la madre en la propagación del original se resolvería a tenor de la fisiología antigua (de Aristóteles) que atribuía una función meramente pasiva a la madre en la ge­ neraciónM. Como se ve estas cuestiones tienen en la actualidad un interés mera­ mente histórico de cara al pasado, pero carecen de porvenir. En el mismo sentido, es decir, por su interés «histórico», reproducimos las conclusiones de este mismo autor en un estudio sobre la relación generación-pecado original según S. Tomás. Teniendo en cuenta los diversos elementos —agentes que intervienen en la propagación del pecado original— deberá decirse, en la línea de la explicación tomista: 1) la concupiscencia habitual del padre (no la actual) es causa instrumental —en el acto de la generación— de la trasmisión del pecado original; 2) el semen paterno es causa instrumental físico-dispositiva de la tras­ misión al hijo del pecado original. La función de la madre es pasiva, según la cien­ cia antigua; 3) la carne infecta al alma en el acto de la generación; es decir, que el semen carnal posee virtualidad activa para trasmitir la infección del pecado; 4) el pecado original se trasmite por Adán (causa primera) sólo por línea paterna (causa segunda) con exclusión del concurso materno; 5) la facultad generativa está infecta como ejecutora del acto de la generación, trasmisor del pecado. En esta minu­ ciosa explicación tomista lo dogmático es: el pecado original se trasmite por gene­ ración. Se añade luego un principio de la metafísica de las causas, especulativo, específico: que la generación es causa real, positiva-instrumental-dispositiva; para concluir con una afirmación de la ciencia biológica aristotélica: la madre es pasiva en la generación; principio que da por resultado la afirmación de que el pecado original sólo se trasmite por línea paterna con exclusión de la materna61. 58. L. c., 32. Ver 31-2. Ya hemos visto que la propuesta de reducir la generación a mera «condición» en la propagación del original viene, al menos, desde Duns Escoto. P. De Letter se ocupó de la curiosa cuestión ¿Qué pasaría en caso de partenogénesís ar­ tificial? ¿Se trasmitiría el original, especialmente en la explicación tomista? Opina que se trasmitiría el original; porque la partenogénesís como es natural, aunque artificial, implica «lo que es inseparable de la causalidad de Adán, es decir, la trasmisión de! pe­ cado original», The Transmission of original Sin, 345. Ver 339-45. 59. G . G ib e llin i , Domma e biología della trasmissione del peccalo origínale, 232. Ver 20941. 60. O. c., 232-41. 61. R. G ib e llin i , La generazione naturale... secondo S. Tommaso, 131-56, 445-64.

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