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240 ALEJANDRO DE VILLALMONTE fundamento trascendente que luego se hace prevalente, en la religión de los pro fetas: la solidaridad del pueblo se funda, ante todo, en la fe en Yahvé, en la unidadde elección y de destino que Dios otorga a todo el Pueblo. La solidaridad se funda, pues, en la gran idea teológica que preside todo el A.T.: la idea de la Alianza. Es fácil ver la importancia de esta idea de solidaridad para explicar la comunidad de destino del Pueblo en el pecado, en el csatigo, en el perdón con cedido por Dios29. Peto, al mismo tiempo, hay que mantener la solidaridad en tensión dialéctica con el principio de la individualidad-individualismo-personalismo religioso que apa rece y se hace prevalente desde los profetas. En ellos el pecado ya no es una trasgresión puramente social de prescripciones sociales y tradiciones culturales; adquiere una primera dimensión personal de desobediencia a la Divinidad. Y con el pecado también la expiación, la demanda de perdón que Dios otorga30. Estas ideas generales sobre la tensión colectivismo-individualismo en A.T. no podrán menos de influir a la hora de interpretar los textos referentes al pecado de la humanidad y de su primer padre. Ya lo hemos visto en Dubarle y lo veremos de ahora en adelante en repetidas ocasiones. Además de la problemática encerrada en la Biblia hubo otros motivos ambientales, culturales, sociales que indujeron a los teólogos de los años cincuenta a aplicar esta noción al esclarecimiento del pecado original. Nos referimos a la especial sensibilidad que por estos años se logró en orden a subrayar la dimensión y responsabilidad social, comunitaria del pecado. Esta atención por la «culpabilidad colectiva» no estuvo exenta de motivacio nes debidas a la coyuntura política europea posterior a la segunda guerra mun dial. En efecto, este concepto de «culpabilidad colectiva» jugó un papel impor tante en los procesos que se siguieron contra los criminales de guerra. La acusa ción de culpa colectiva fue lanzada contra los integrantes del partido nacionalso cialista alemán. Incluso se habló de la responsabilidad de todo el pueblo alemán como comunidad social. Y desde luego los nazis habían tratado a los judíos como una «raza» y comunidad culpable, digna de exterminio. El tema podría pasar desapercibido para nosortos si no se hubiese in tentado ponerlo en relación con la enseñanza católica sobre el pecado origi nal, pecado en cual son solidarios todos los seres humanos de todos los tiem pos. Por este motivo F. König, posteriormente cardenal, dedicó un estudio al tema del pecado original en cuanto pecado colectivo. El autor piensa que «es imposible, desde la teología católica sobre el pecadooriginal, argüir a la posibilidad de una culpa colectiva. Más bien se deducelo contrario, pues no hay más culpa que la personal o la hereditaria»31. Reconoce König que 29. F. S padafora , Colecttivismo e individualismo nel Vecchio Testamento, espec. 144 ss., 299 ss., 311 ss. 30. L. c., a partir de p. 316 ss. desarrolla el tema del individualismo en el AT. 31. F. K ö nig , Kollectivschuld und Erbschuld, 41.
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