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E L PECADO ORIGINAL. 231 sanado el que por un hecho ajeno fue herido”. "Cree en otro, porque pecó en otro”. "Quien no reconoce aAdán en los niños que nacen, no podrán co­ nocer a Cristo en los que renacen son frases lapidarias de Agustín, que expresan esta doble solidaridad en el pecado y en la gracia w. Por eso la nece­ sidad del bautismo es una consecuencia de haber tomado en serio la doctrina del pecado original: "Todo engendrado está condenado: nadie es liberado sino es regenerado ” 41. Pero el recurso a la solidaridad en el pecado es en Agustín un recurso para enfatizar la solidaridad en el Cuerpo de Cristo y en el Espíritu que lo­ gran los niños al ser bautizados. La comunidad de todos en el Espíritu hace que la fe de los creyentes aproveche a los niños para la salvación. Las gran­ des ideas de la maternidad de la Iglesia, del Cuerpo de Cristo, de la Comu­ nión en el Espíritu explican la eficacia del bautismo administrado a los ni­ ños, tan defendido por Agustín42. El modo peculiar con que los Padres Griegos hablan del pecado original es conocido y mencionado una y otra vez, pero no fue tema de estudios especiales, por estos años. Por lo demás se pensaba que, en lo sustancial de la creencia, no se diferenciaban de los Occidentales. Sólo la explicación teológica de idéntico dogma sería distinta. IX C u e s t i o n e s e n t o r n o a l a « t e o l o g í a » d e l p e c a d o o r ig in a l Después de ver la defensa del pecado original frente al evolucionismo científico antropologógico, y los nuevos estudios realizados sobre su funda- mentación en las Fuentes, nos corresponde ahora fijarnos en las cuestiones que, en referencia a la teología del pecado original, fueron discutidas durante la década del 1950 a 1960. Con esto lograremos una visión completa de la situación de esta doctrina en el período que estamos historiando. A.— El tema de las relaciones de Adán con la humanidad histórica. Es conocido el dicho de Pascal, que el pecado original es la verdad de fe más ofensiva para nuestra inteligencia '. Sin llegar a darle tal primacía, 39. E. R. F airw eath er , St. Augustine’s Interpretaron of Infant Baptism, 897-8. Ver 897-903. 40. L. c., 898-900. Texto del Santo en nota 4. «Communis fuit perditio, sit commu- nis inventio», Ib., 900 nota 2. 41. L. c., 900 nota 5. 42. L. c„ 901-3. 1. B. P ascal , Pensée, ed. L. Brunschwicg, Sec. VII, nr. 434.

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