PS_NyG_1977v024n002p0195_0271

206 ALEJANDRO DE V ILLALM ONTE chaza la interpretación relativa del "e f’ó ” referido a muerte-thánatos «por la cual, bajo la cual... todos han pecado». Apoyándose de nuevo en los Padres Griegos, especialmente en San Cirilo de Alejandría, Lyonnet se decide por la lectura del "e f’ó ” en sentido condicional: cumplida la condición de que... todos han pecado; con lo cual tenemos la lectura ya antes mencionada27. Se­ gún esto, Adán y cada hombre en particular serían concausantes de la situa­ ción final de pecado-muerte en que se encuentra la humanidad y cada indivi­ duo. En conclusión, teniendo en cuenta — simultáneamente— el significado de muerte-thânatos, hemarton-pecaron, pecado-hë hamartía y del «ef’ó», el pensamiento de Lyonnet, recogido de los Padres Griegos, sería: «Por ello, además de la causalidad universal del pecado de Adán, siempre netamente afir­ mada y que, en realidad, es enseñada con toda claridad en el contexto todo de la pericopa, se ven llevados a admitir otra causalidad, la de los pecados personales de cada individuo adulto, sin que — a pesar de ello— esta doble causalidad implique una antinomia; pues la segunda se presenta como secun­ daria en relación a la primera y subordinada a ella, ya que los pecados per­ sonales son considerados ellos mismos como consecuencia del pecado de A d án »28. «Así entendida la locución ef’ó introduce precisamente una causalidad muy en conformidad con el pensamiento de Pablo: una causalidad real, pero subor­ dinada y no simplemente yuxtapuesta a la del pecado de Adán». Con esta interpretación, el paralelismo Adán-Cristo, tan sobresaliente en toda la peri­ copa, no sólo no se elimina, sino que se afianza. La acción de Cristo no ex­ cluye, sino que postula la colaboración de la libertad humana a la hora de participar los frutos de la redención. Similarmente, la obra de Adán no ex­ cluye que cada hombre entre en la zona de la muerte por su propia decisión personal. A sí la acción de cada hombre no se opone a la acción de cada uno de los dos jefes de la humanidad: Adán para la muerte y Cristo para la vida 29. Según veremos en seguida la exégesis de Lyonnet fue recibida con preven­ ción y hasta con hostilidad por algunos, ya que, a parte de su inconsistencia exegética-científica, ponía en peligro el dogma del pecado original y parecía contraria a la interpretación de Trento, en el cual se habría desaprobado la interpretación de Erasmo, similar a la de los Padres Griegos. Lyonnet res­ ponde a esta objeción y reafirma sus posiciones. Cierto, el concilio de Trento propone la suya como interpretación común en la Iglesia. Pero, con ello no quiere desautorizar a la exégesis griega, n i menos aun se podría mantener la 27. El sentido del ef'ó = in qtto, lo estudia con detención Lyonnet-. Le sens de ef’ó en Rom. 5, 12 et l’exêgese des Pères Grecs, 436-56. I d ., Le péché originel, 68-74. I d ., Le péché originel... l’exégese des pères grecs et les decrets du conc. de Trente, 333-38. 28. Le sens de ef’ó, 455. Cfr. 450-52. 29. L. c., 455-6. Cfr. Le péctié originel, 74. Ver nota 31.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz