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UNAMUNO Y LAS PRUEBAS DE LA EX IS T EN C IA DE DIOS 115 Otras veces Unamuno las llama «sofisma», «pura sofistería» 20. A la luz de todas estas afirmaciones, no cabe dudar de la actitud escép­ tica de Unamuno respecto a los argumentos clásicos de la existencia de Dios. Sólo queremos añadir que Unamuno, sobre este punto, manifestó explí­ citamente sumarse a la postura adoptada por Kant muchos años antes que él: «Confieso sinceramente que las supuestas pruebas racionales — la ontologica, la cosmológica, la ética, etc., etc.— de la existencia de Dios no me demuestran nada; que cuantas razones se quieren dar de que existe un Dios me parecen razo­ nes basadas en paralogismos y peticiones de principio. En esto estoy con K ant»21. Esta confesión de Unamuno por la que se adhiere a la postura kantiana nos pone desde un principio en la pista del influjo del alemán sobre el es­ pañol. Sería cosa muy rara que, tras haberse declarado Unamuno solidario con Kant en este asunto y después de haber mostrado reiteradamente su ad­ miración por la fuerza demoledora de la argumentación kantiana, no se ins­ pirara luego en el filósofo de Koegnisberg a la hora de atacar, en El senti­ miento trágico de la vida, las pruebas de la existencia de Dios. En lo que si­ gue veremos que efectivamente el pensador alemán influyó en Unamuno, no obstante las innegables añadiduras personales que se observan en esas páginas. b) Exposición unamuniana de las pruebas Unamuno, en su juicio condenatorio de las pruebas, se refiere a las «pruebas clásicas», a las «tradicionales pruebas», a las de «los tres famosos caminos de la negación, eminencia y causalidad»... Sin embargo, en la expo­ sición que de ellas hace en las páginas 204-205 Del sentimiento trágico de la vida no sigue el modo tradicional de presentar tales pruebas, sino el modo kantiano. Kant, en una primera clasificación, nos habla de tres pruebas: la físico- teológica, la cosmológica y la ontològica22. Sabido es también cómo Kant reduce la fuerza argumental última de esas tres pruebas a la ontològica: «De este modo la prueba físico-teológica tiene por fundamento la prueba cos­ mológica, que a su vez se apoya en la prueba ontològica de la existencia de un solo ente primero como Ser supremo; y como fuera de estos tres caminos no hay más que uno abierto a la razón especulativa, la prueba ontològica sacada de simples conceptos de la razón es la única prueba posible» 23. 20. Carta a S. Valenti el 22 de noviembre de 1904; carta a Luis de Zulueta el 30 de septiembre de 1903. 21. Mi religión, III, 261. 22. Cf. Crítica de la razón pura, La dialéctica trascendental, libro segundo, tercer capítulo, tercera sección. ló.Crítica de la razón pura, La dialéctica trascendental, libro segundo, tercer capítulo, sexta sección.

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