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UNAMUNO Y LA S PRUEBAS DE LA E X ISTEN C IA DE DIOS 113 Hemos indicado en las líneas precedentes qué imagen de Dios tiene Una- muno delante de los ojos. Creemos que de lo expuesto resulta indudable que la imagen unamuniana de D ios se atiene a la de un Dios conceptuado como el inmortal inmortalizador. A este respecto nos parecen demasiado globales estas palabras condenatorias de A. Gómez-Moriana: «No es por tanto Dios para Unamuno la garantía del hambre de inmortalidad o del cumplimiento de su esperanza humana, como quieren Julián Marías y Pedro Laín Entrango, sino el objeto mismo de ese hambre y de esa esperanza, que no son de in­ mortalidad, sino de Dios» 11. Según nuestra opinión, es preciso distinguir en­ tre el concepto que Unamuno se formó de Dios y la realidad óntica de ese concepto. Son dos aspectos diferentes y que poseen también una problema- ticidad muy distinta. En cuanto al concepto de Dios, nos parece indiscutible que Dios e in­ mortalidad son intercambiables en el pensamiento de don Miguel, y en este sentido aciertan de lleno Julián Marías y Pedro Laín Entralgo cuando nos presentan al Dios unamuniano como la garantía de nuestras ansias de in ­ mortalidad. Por lo que a la realidad óntica de ese concepto se refiere, en este as­ pecto nos encontramos ya ante otra cuestión menos clara y en la que no vamos a entrar ahora. Para lo que estamos tratando aquí tan sólo nos inte­ resa señalar el concepto que Unamuno tenía de Dios, y, respecto a ello, no creemos que puedan rechazarse los juicios emitidos por Marías y Laín En ­ tralgo sobre el particular. I I . A n á l i s i s u n a m u n ia n o d e l a s p r u e b a s d e l a EXISTENCIA DE D l O S a) Enjuiciamiento negativo de don Miguel sobre las pruebas en general En el capítulo V I I I Del sentimiento trágico de la vida Unamuno saca a juicio las clásicas pruebas de la existencia de Dios y se pronuncia contra su validez demostrativa l2. Según Unamuno, esas tradicionales pruebas no de­ muestran la existencia de Dios. Lo dice así de claro: «Las supuestas pruebas clásicas de la existencia de Dios refiérense todas a este Dios-Idea, a este Dios lógico, al Dios por remoción, y de aquí que en rigor 11 . Unamuno en su congoja, en Cuadernos de la Cátedra Miguel de Unamuno X X (1970) 110. 12 . Como dato curioso señalemos el desplazamiento que el tema de las pruebas clásicas experimentó dentro de la estructura de la obra Del sentimiento trágico de la 8

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