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Unamuno y las pruebas de la existencia de Dios A Unamuno le interesó sobremanera contar con la supravivencia perso­ nal tras la muerte. Por lograrlo desplegó toda clase de esfuerzos. Aquí va­ mos a presentar la historia de uno de esos esfuerzos unamunianos en pro de la supravivencia: sus reflexiones acerca del Dios de las pruebas clásicas. Ansioso de inmortalidad, Unamuno no podía dejar de lado el estudio de las vías tradicionales de la existencia divina. Si el Dios de las pruebas existiera de verdad..., la inmortalidad humana sería algo más que un simple anhelo nuestro. Unamuno pensó largamente las pruebas tomistas, las criticó con dureza y las rechazó decididamente. En la extensa literatura unamuniana, hay un lugar en el que don Miguel trata bastante sistemáticamente este punto de las pruebas filosóficas: es en la primera parte del capítulo V I I I Del sentimiento trágico de la vida, en el capítulo titulado De Dios a Dios. Digamos ya desde ahora que el D ios de las vías clásicas no constituye el objeto primario de estudio Del sentimiento trágico de la vida. En El sen­ timiento trágico el Dios que acapara el primer plano es el Dios Amor, el concebido por vía cordial. E l tema que nos ocupa aparece en la citada obra en un plano secundario y Unamuno lo revisa con el tono característico de quien ha sentenciado de antemano en contra suya. A pesar de todo esto, es aquí donde Unamuno reflexiona más detenidamente sobre el Dios de las pruebas tradicionales y no queda más remedio que referirse al capítulo V I I I Del sentimiento trágico de la vida a la hora de presentar el pensamiento de Unamuno acerca de las pruebas de la existencia de Dios. E n un primer punto intentaremos hacer ver cómo para Unamuno el con­ cepto de D ios connota el significado distintivo de inmortalidad, una inmor­ talidad propia y con capacidad de comunicarla a los demás, a nosotros, a los sobrados de mortalidad. Después de presentar el concepto que Unamuno

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