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98 MIGUEL NICOLAU, S.J. Por esto siguen en pie las diferentes opiniones de los teólogos acerca de la manera cómo Cristo instituyó los sacramentos; opiniones que convendrá resumir y recordar brevemente, antes de extendernos en lo que es el objeto propio de esta lección: la función de la Iglesia en la determinación del signo sacramental. Opiniones sobre la manera cómo Cristo instituyó los sacramentos Es sabido que hay no pocos autores, sobre todo después del Tridentino, como Toledo, San Roberto Bellarmino, Francisco Suárez, Gabriel Vázquez, San Alfonso M.a de Ligorio, Franzelin, Sasse, Pesch..., que sostienen que Jesucristo, así como determinó el signo del bautismo, de la comunión del pan y del vino eucaristizados, y del perdón de los pecados, también determinó el signo de las demás gracias sacramentales. Aunque faltan argumentos histó­ ricos positivos y explícitos para probarlo, piensan que hay suficiente verosi­ militud histórica y probabilidad para afirmarlo. Según éstos, Cristo habría instituido los sacramentos en especie, designando y estableciendo la substan­ cia o esencia del signo, y esto de una manera inmutable 10. Para otros, como J. B. Umberg " , Cristo instituyó los sacramentos en espe­ cie inmutable, determinando el rito constitutivo esencial de cada uno de ellos, pero concedió a la Iglesia el poner condiciones de validez. Y así la Iglesia en el matrimonio, como sociedad establecida por Cristo, puede poner esas con­ diciones en el contrato matrimonial o exigir la asistencia del párroco o sacerdote, como puede la sociedad civil poner, de modo semejante, condiciones para el valor de los contratos. Así también quieren explicar que en la con­ firmación sea prácticamente esencial la crismación que va unida a la impo­ sición de la mano del obispo. Puesto que sobre esta unción con el crisma no hay argumento histórico de la institución por Cristo, sería de institución eclesiástica como condición necesaria. Ha habido otros, como F. Schmid y De Smet 12 que han admitido la ins­ titución de los sacramentos por Jesucristo en especie, determinando Cristo el signo en su materia y forma; pero de suerte que la Iglesia pudiera cam­ biarlos. Así se trataría de una institución en especie mudable. Y de este modo podría explicarse que la crismación en la confirmación llegara a ser esencial, y que en la ordenación fuera esencial según muchos la entrega de los ins­ trumentos. 10. Cf. M. N icolau , Teologia del signo sacramentai, Madrid 1969, n. 446. 11 . Systema sacramentarium 33-42; y cf. C. B aisi , Il ministro straordinario degli ordini sacramentali 139-158. 12 . F. S chmid , D ie G ewalt der Kirche bezüglich der Sakramente, en Zeitschrift für katholische Theologie 32 (1908) 43-54. 254-288; D e S met , D e sacramentis, 90 ss.

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