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70 ENRIQUE RIVERA DE VENTOSA cosa-sentido algo derivado y secundario, algo a merced, uso y capricho del hombre, y también algo capaz de ser manipulado por el mismo. Cosa nada censurable si se trata de utilizar la caverna de montaña para refugio del alpi­ nista osado; pero algo que da pavor cuando un hombre se trueca para otro hombre en cosa-sentido, es decir, en algo apto para ser manipulado por quien sea: jefe, grupo, ambiente, agentes nacionales o internacionales. Pero deje­ mos por ahora este tema de inmensas y pavorosas perspectivas. Sobre él volveremos. Precisemos ahora mejor el concepto de cosa-realidad en el que se centra la gran metafísica de Zubiri. El mismo, al finalizar uno de sus análisis más detenidos y profundos del concepto de cosa-realidad, concuye con estas densas e iluminadoras palabras: «En definitiva, por donde quiera que se tome la cuestión... realidad no es mera existencia, sino que es algo primario o irreductible que puede expli­ carse diciendo que es lo "de suyo” » 3. En este momento, pues, remite Zubiri para aclarar su pensamiento sobre cosa-realidad a otra noción muy propia de su metafísica. Llama a esta nueva noción lo "de suyo”. El discípulo de Zubiri, Carlos Baciero, nos ha dado un estudio detenido sobre este término zubiriano. Nos podemos remitir a él. En síntesis afirma este comentarista que "de suyo” no significa "per se”, ni mucho menos "a se”, ni tampoco "natura sita”, ni «formalmente», sino lo que se pertenece en propio como algo suyo en y por sí mismo. Es, por lo mismo, algo que se actualiza en la mente por la intelección, siendo algo ya en sí antes de su presentación a la inteligencia 6. Parece hallarnos aquí ante una nueva revolución copernicana. Kant dio este nombre a su cambio de perspectiva en el problema del conocimiento. Zubiri no habla de revolución copernicana en su sistema, pero lo es efec­ tivamente con relación a Kant. El «de suyo» es eso anterior que se presu­ pone a nuestro acercamiento a la realidad en virtud de lo cual esta es lo que es. Frente al titánico esfuerzo por estructurar la realidad en función de es­ quemas más o menos a priori, Zubiri cultiva una actitud de humildad meta­ física por la que se acerca a las cosas para percibir lo que son. Y esto sin más. No que niegue Zubiri la necesidad de métodos y procedimientos para mejor percibir las cosas. Mas lo importante y decisivo para él no son nunca estos esquemas mentales. Lo primario es siempre la realidad pura y límpida que es menester captar en su virginal apertura a la mente. 2) Dimensiones de la realidad Deslindados claramente los campos de la cosa-realidad y de la cosa-sentido, Zubiri da un paso más en su metafísica al proponerse clarificar en qué con­ 5. O. c., 402. 6 . C onceptuadon metafísica del "de suyo", en Rcalitas II, Madrid 1976, 313-350. El texto citado en 349.

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