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XAVIER ZUBIRI Y ENRIQUE TIERNO GALVAN. 6 9 sentido es cosa esta mesa sobre la que escribo; pero también es una cosa el caballo Pegaso o la Esfinge. Estos productos de la imaginación no son algo real, pero son una cosa de la que podemos formular ciertos enunciados, v.gr., el caballo Pegaso no es lo mismo que la Esfinge. Algo muy distinto acaece en este enunciado formulado por Zubiri: el animal "ha de tener’’ sensibilidad. Este "ha de tener” implica una necesidad formalmente real. A esta cosa for­ malmente real es a lo que Zubiri llama "realitas”, en español realidad. He aquí el objeto primario de su filosofar que necesitamos precisarlo mejor3. 1) Cosa-realidad y cosa-sentido A precisar el concepto de realidad nos va a servir extraordinariamente una nueva distinción zubiriana, henchida de pletòrica fecundidad, por la que contrapone cosa-realidad a cosa-sentido. Anticipemos, como perspectiva de programa, que esta distinción escinde en su misma entraña a esta filosofía de la del profesor Tierno. Para aclarar esta distinción Zubiri nos lleva a una caverna, no cierto la de Platón. La caverna es una cosa-realidad en cuanto es algo que «está ahí», obra de los agentes de la naturaleza. Pero si unos trogloditas vienen a hacer en ella su "morada”, la cosa-realidad ya no es sólo algo que «está ahí», sino algo que el hombre ha puesto en relación con su vida. Con ello ha dado un sentido peculiar a la caverna; ha hecho de ella su vivienda, su morada. Esto de ser vivienda o morada no le puede competir a la caverna por ser tal, sino porque el hombre le ha dado, con el uso que ha hecho de ella, un sentido bien preciso. Para Zubiri este sentido dado a la caverna por el hombre ha hecho de la misma una cosa-sentido frente a la cosa-realidad que tenía de sí misma. La cosa-sentido no es, por lo mismo, una propiedad que atañe a la cosa real en cuanto tal; no es un momento de la cosa real. Es tan sólo un conjunto de posibilidades en la vida del hombre. Cierto que si la cosa-realidad no tu­ viera sus notas reales, no se podría dar tal conjunto. Pero de la existencia de tal conjunto de posibilidades no se sigue el que estas posibilidades se actúan en el plano histórico. El aire posibilita el que el hombre pueda volar. Pero hasta este siglo el hombre nunca había organizado excursiones aéreas. De todo esto se colige que antes de poder actuar con las posibilidades que nos ofrece la cosa-sentido ha de darse, como presupuesto necesario, la cosa- realidad, dotada de un conjunto de notas y de propiedades. La cosa-realidad es, pues, necesariamente anterior a la cosa-sentido. Y esto, subraya Zubiri, no sólo en el plano real — kata physin — sino también en el plano cognos­ citivo — kath'aisthesin — 4. Ahora tenemos que anotar cómo toda la reflexión filosófica de Zubiri se dirige primariamente a aclarar y explicar la cosa-realidad, viendo en la 3. Sobre la esencia, Madrid 1963, 103. 4. O. c., 105.

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