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90 ENRIQUE RIVERA DE VENTOSA cionalmente moral en el sentido explicado» 58. Ese sentido explicado al que alude Zubiri subraya la necesidad de la apropiación para que se dé la virtud. No quedamos satisfechos con este seco empalme entre metafísica y ética. Y sin embargo, el tema ético se halla clavado en lo más hondo de su entra­ ña de pensador. Ello ha motivado el último capítulo de Naturaleza, Historia, Dios, titulado El Ser sobrenatural. Allí hace entrever cómo la ética natural halla su culmen en la deificación por el amor-agápe, que es el amor cristiano. «La vida natural misma, escribe, se halla sometida a imperativos éticos que derivan específicamente de la vida sobrenatural» 59. El estudio es más me­ ditación para teólogos que filosofía. Baste aquí anotar que el espritualismo de Zubiri se ha visto forzado a abrir sus reflexiones éticas hasta esta cúspide sobrenatural del misterio de la deificación humana. La mentalidad del profesor Tierno, ligada con plena conciencia a la fi- nitud, no le permite otra moral para el hombre que la que dimana de las exigencias de esa misma finitud. Todo es bueno si acrece los valores de la misma. Malo, por el contrario, si se opone a su despliegue. Esto, que el más espiritualista pudiera admitir, toma una dirección dis­ cutible en el campo de las aplicaciones prácticas cuando Tierno propone como meta de la cultura humana la civilización del bienestar. Tierno declina con ello hacia un hedonismo de máquina de engrase que pudiera concluir en lo que presiente como posibilidad futura: «Llegará un momento en que sólo exista una moral rigurosa, la que imponga la administración de acuerdo con el bienestar general» 60. Elias Díaz halla esta frase discutible. Es de creer que sean muchos los que condividan esta opinión61. Y sin embargo, las premi­ sas antropológicas y sociológicas del pensamiento de Tierno parecen empu­ jar hacia ese punto muerto de la moral. D) El tema de la historia Terminamos estas reflexiones con una referencia a la historia. Sobre ella Zubiri ha elaborado un cuerpo doctrinal muy estimable, que perfecciona de día en día. Baste en esta ocasión recoger la fórmula en que ha sintetizado sus reflexiones sobre la misma. La ha definido como " transmisión tradente”. Por ser transmisión, la historia tiene que ver con la genética en cuanto trans­ misión de caracteres psico-orgánicos. Si la historia fuera sólo esto, se con­ fundiría con la historia natural, que expone la evolución de la tierra o de los organismos. Pero para Zubiri la historia natural es un sinsentido, un círculo cuadrado. Ello se debe a que además de transmisión la historia es tradente. Con ello Zubiri quiere decir que la historia entrega al futuro un 58. Sobre la esencia..., 159. 59. Naturaleza, Historia, Dios..., 476. 60. Humanismo y sociedad, Barcelona 1964, 66. 61. Notas para una historia..., 193.

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