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XAVIER ZUBIRI Y ENRIQUE TIERNO GALVAN. 8 9 B) El problema de la transcendencia Muy conocida es la actitud de Zubiri ante el gran tema de la transcen dencia. Para él la religación a la misma es la vinculación radical, la única ca paz de explicar la realidad humana. Lamenta el filósofo la posibilidad fáctica de negar conscientemente la transcendencia; pero reafirma de modo contun dente que nadie podrá lograr el que no se dé esta religación primera. En este sentido dice Zubiri que el hombre no tiene religión, sino que es religioso. Y esto en virtud de su religación metafísica con la transcendencia. Sin el reconocimiento de esta religación el hombre camina a la deriva, errante en su existencia, aún bajo apariencias de vida altamente humana y elevada 56. El profesor Tierno, por su parte, ha hecho profesión de fe en la no creen cia en una de sus últimas obras: ¿Qué es ser agnóstico? La postura del ateo le parece ambigua y comprometida. Niega la transcendencia, pero en su mis ma negación va como encapsulada la hipótesis de la posibilidad de que exista. Contra esta hipótesis insurge decididamente Tierno para declararla inacep table. Por esta sencilla razón: el hombre en su filosofar debe atenerse única y exclusivamente a la finitud. Debe sentirse feliz en contribuir a sus logros y conquistas en busca siempre de un perfeccionamiento progresivo5?. Finitud debe ser para Tierno algo que hay que percibir inteligentemente y gustar con máxima satisfacción. Para el hombre no hay algo más pleno. Y sólo en esta satisfacción se halla la raíz de un auténtico humanismo. Pero con ello apuntamos al tema ético del que también tenemos que esbozar al gunas ideas. C) Los ideales éticos Zubiri, no de intención, pero sí de hecho, ha sido muy parco en hablar nos de la ética. Pero ha señalado cómo la ética ha de insertarse en la meta física. Y esto merece ser subrayado. Se recordará que, según Zubiri, frente a la concepción aristotélica del órcoxstjuvov es decir, de la cosa real como sujeto de predicados, sujeto sub- stante, se da un úrcapxetjievov, es decir, un sujeto que se apropia un con junto de posibilidades porque se halla, no debajo, sino encima de ellas. Es sujeto supra-stante. Entre estas posibilidades que el sujeto supra-stante se puede apropiar se halla la virtud. Esta se vincula a la sustantividad del hom bre porque éste se la apropia. Zubiri escribe: «Lo moral en el sentido usual de bienes, valores y deberes, sólo es posible en una realidad que es constitu 56. Naturaleza, Historia, Dios..., 372 ss. 57. ¿Q u é es ser agnóstico?, Madrid 1975.
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