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66 ENRIQUE RIVERA DE VENTOSA narius... ¡Ver claro! Sólo vería claro un puro pensador que en vez de len­ guaje usara álgebra, y que pudiese libertarse de su propia humanidad; es decir, un ser insustancial, meramente objetivo, un no ser en fin» Esto nos dice con cuánto fundamento se puede afirmar que en las pri­ meras décadas de este siglo el neopositivismo era una corriente filosófica inasimilable por el pensamiento hispánico. Hoy ya el panorama no es el mismo. Se siente por doquier en los espíritus hispanos un intento de filo­ sofar sobre el lenguaje desde fórmulas algebraicas. Hasta el librero universi­ tario de Salamanca constata en los pedidos que se le hacen cómo hoy los lingüistas se preocupan más de matemáticas que de análisis estilísticos a lo Dámaso Alonso. Quiere ello decir que nos hallamos al polo opuesto de la filosofía del lenguaje de M. de Unamuno, para quien el lenguaje es prima­ riamente habla creadora, poética — de poiesis — , reflejo temporal del Verbo eterno creador. Pues bien; digamos para cerrar este breve preámbulo que X . Zubiri es el pensador que en este momento quiere ser, no tanto secuencia — sería se­ cuencia de sí mismo— cuanto plenitud de aquel momento hispánico del año treinta en el que tan en serio se hacía filosofía. Tan en serio la sigue hacien­ do Zubiri que su metafísica viene a ser un nuevo esfuerzo del pensamiento español, el segundo después del logro de Suárez en sus Disputationes meta- physicae, para rehacer la gran metafísica de Aristóteles, repensada en sus presupuestos y en su estructura. Permítaseme insinuar que ignoro otro es­ fuerzo tan titánico en nuestro siglo por recrear la gran obra del filósofo de Estagira. Al lado de esta secuencia zubiriana, paralela a la misma y con descono­ cimiento mutuo, ha surgido en España una nueva orientación que infravalora la metafísica hasta intentar su eliminación, al mismo tiempo que asimila vorazmente el neopositivismo anglosajón con su filosofía del lenguaje en pleno contraste con el pensamiento de Unamuno y no menos con el de Or­ tega y su círculo filosófico. Entre los pensadores más señeros que luchan hoy contra la metafísica clásica e intentan una asimilación de las ideologías vigentes, tanto del neopositivismo como del marxismo, se halla el profesor de Salamanca, Enrique Tierno Galván. Elias Díaz distingue en la navegación mental del mismo tres periplos, correspondientes a tres épocas distintas: época tacitista, época neopositi- vista y época marxista. Con esto de señalar: que los tres periplos no rompen la línea de esta navegación filosófica que es única. Es decir: que las etapas de este filosofar se van realizando sin renuncias ni rectificaciones. La prime­ ra etapa se abre con el año 1946, en que comienza a trabajar como profesor ayundante o 1948 en que publica su primer libro: La influencia de Tácito 1 . D el sentim iento trágico de la vida. Obras completas, ed. Escelicer, Madrid 1966, VII, 195.

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