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XAVIER ZUBIRI Y ENRIQUE TIERNO GALVAN. 81 nales han predominado sobre los otros la metafísica ha perdido efectividad, pues es un hecho que la metafísica ha estado al servicio de los intereses antivitales nutriendo sistemas religiosos en cuyo esquema entra otra vida que no es la mundanal y que se considera más perfecta» 31. Densificando este texto en una fórmula, podría ser ésta: A más preocupación por los intereses antivitales de la transcendencia, más en alza la metafísica; a más preocupa­ ción por los intereses vitales de la mundanidad, más alza de la sociología. Esta ley expresa con meridiana claridad la primera gran eliminación cons­ ciente del pensamiento filosófico de Tierno: la eliminación de la metafísica. La otra gran eliminación consciente se refiere a la intimidad. Durante siglos nuestro pensamiento de Occidente ha extraordinariamente valorado esta dimensión de la mente humana: desde Sócrates, Séneca, pasando por San Agustín, San Bernardo, San Buenaventura, Pascal, los grandes místicos de todos los tiempos, hasta nuestros días con Bergson y M. de Unamuno. Con­ tra esta tendencia a la interioridad y contra esta galería de pensadores emi­ nentes se levanta el profesor Tierno y con gesto imperturbable afirma de sí mismo: «Estas reflexiones no son, en cierto sentido, sino una contribu­ ción modesta a la lucha contra la intimidad. Yo creo, y me parece que hay bastantes personas cultas que piensan lo mismo, que la intimidad es el obs­ táculo mayor para obtener la felicidad material y espiritual. Me refiero a la intimidad tal y como se empezó a evidenciar en Séneca y llega hasta hoy» n. Y, ¿qué es lo que propone Tierno ante esta pérdida que parece irreem­ plazable? Con decisión responde: «Tenemos que ajustar de modo absoluto con el mundo, de modo que la conciencia de este ajuste substituya a la in­ timidad» 33. Una plácida serenidad rezuman estas palabras. Alguien diría que es la serenidad de la máquina bien engrasada. Nos parece que Tierno no rehuiría la comparación, que late en el breve razonamiento acotado y que se completa con el que sigue: «Sabiendo que somos como animales..., ¿quién no pierde el orgullo de la intimidad?, ¿quién no se siente distinto, pero igual a todos ante el conjunto de los estímulos? Y esto, ¿no es el comienzo de la moralidad y de la felicidad?» 34. Libertad y ajuste, moralidad y felicidad: un conjunto de valores éticos afloran aquí ante el pensamiento de Tierno. Pero nos hallamos ahora in­ mersos en el problema primario del filosofar y tenemos que dejar para más tarde la referencia explícita a la ética. Baste por el momento haber hecho sentir en toda su hondura la segunda gran eliminación consciente que Tierno ha realizado en su filosofía. 31. O . c., 106. 32. La realidad corno resultado... n. 105, 159. 33. O. y l. c. 34. O . c „ n. 105, 160. 6

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