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E L PECADO ORIGINAL. 7 hasta provocar la situación difícil en que hoy día se encuentra esta vieja creencia cristiana. Si la historia externa del dogma del pecado original ha estado erizada de difi cultades, las internas a la doctrina no eran menos numerosas. Tendremos ocasión de ver que el pecado original era presentado continuamente en la teología y en la predicación de la Iglesia como uno de los misterios más oscuros y desconcertantes que a la inteligencia humana podían presentársele. Pero no vamos a insistir en estas dificultades tradicionales, sino en otras rigurosamente nuevas, que nunca, hasta ahora, habían podido presentarse. I L A E N S E Ñ A N Z A T R A D I C I O N A L S O B R E E L P E C A D O O R I G I N A L E N L O S A Ñ O S C I N C U E N T A Comenzamos nuestra exposición recordando, sumariamente, la situación en que se encontraba la enseñanza sobre el pecado original al empezar el pe ríodo que historiamos, hacia 1950. Doctrina harto conocida, pero que es muy útil tener ala vista como punto de referencia para entender y valorar con precisión loscambios ocurridos desde esa fecha hasta el día de hoy. Podemos estar seguros de que, en los testimonios que vamos a aducir, encon tramos fielmente reflejado lo más sustancial y valioso de una tradición multisecu- lar, ya que los teólogos de estos años tienen el propósito decididode no desbordar las fronteras de la más estricta ortodoxia. Por supuesto, hay entre ellos múltiples discusiones referentes a este o al otro aspecto secundario, marginal, del dogma y a sus ulteriores, pormenorizadas explicaciones. Tales discusiones teológicas no inte resan aquí. Nos ceñimos a aquellos enunciados que son comúnmente aceptados como pertenecientes a la fe, de algún modo: como verdades explícitamente dog máticas, o como enunciados inseparablemente inherentes a la fe, e indispensables para su recta comprensión y profesión. No es difícil recoger las más importantes afirmaciones de la enseñanza tradi cional. Los teólogos que escriben por estos años, acostumbrados al método esco lástico, son muy ordenados y claros en su exposición y, dentrode su estilo de hacer teología, cuidan de que las afirmaciones sean precisas y bien controladas. No tienen originalidad, ni la buscan; pero su terminología es muy técnica y depurada, incluso cuando el pensamiento sea rutinario, poco crítico, según pen saríamos ahora. La enseñanza tradicional sobre el pecado original, propuesta en toda su integridad, implicaba todo un grupo de afirmaciones que es conveniente es pecificar un poco. Tenemos, en primer término, un presupuesto más o menos explícitamente formulado: el hombre ha sido llamado por Dios a la partici
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