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418 13H RN A RD 1N O D E A R M E L L A D A teñida de culpabilidad, a ser objeto de conocimiento científico na tural. La revolución en que este cambio se inserta — no se precisa bien si como causa o resultado, o como ambas cosas a la vez— tendría consecuencias diversas: negativamente el desconcierto axio- lógico, y positivamente una visión más concreta del ser humano con la posibilidad de que vayan desapareciendo ciertas hipocresías inconscientes y tabúes absurdos. Como experiencia de su trato con la juventud actual, dijo que ésta se plantea la cuestión entre sexua lidad y amor con una hondura que no era usual ni tal vez posible hasta ahora. M. Zalba , con una competencia correspondiente a su prestigio, presentó un «análisis de la Declaración "Persona humana” de la S. Congregación para la Doctrina de la Fe». La afirmación funda mental orientativa es que existe un orden esencial de la naturaleza humana que establece ciertas normas de conducta absolutas y uni versales, asequibles a la razón y esclarecidas por revelación divina y por la tradición de la Iglesia. Aquí entra también la ética sexual: El uso de la función sexual encuentra su sentido pleno dentro del matrimonio en un contexto de actividad procreativa. Y la violación del orden sexual es objetivamente grave. Con este criterio se han de juzgar tres aspectos que es necesario dejar claros ante el confusionismo reinante: las relaciones prema trimoniales, las relaciones homosexuales y la masturbación. De he cho el campo de la castidad es más amplio que estos tres aspectos parciales, pues implica una actitud interior que lleva a vivir posi tivamente la continencia con profundo sentido religioso. Según el ponente, ciertas críticas de católicos a la declaración aludida son el tributo tal vez inconsciente al naturalismo, antropocentrismo, funcionalismo y nominalismo mental de que está dominada actual mente la llamada «opinión pública», que determinan y manejan unos pocos y que servilmente repiten los demás sin pararse a for mar una verdadera convicción personal. Bajo el título «Castidad y justicia en el mundo de hoy», el mis mo P. Zalba pintó el panorama de la explotación del sexo bajo le mas engañosos e injustos de liberación y derechos personales: un clima que los cristianos comprometidos — sacerdotes y seglares— tienen la misión de contraliberar en nombre de la auténtica ver dad — la de Cristo— única que salvará al hombre social y religio samente. La verdadera dignidad del hombre y la verdadera justi cia consisten en la liberación total del desorden, individual y so cialmente, para llegar al dominio de sí y al aprecio de lo trascen dente.
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