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que, como comenta Tixeront, «a pesar de su habilidad literaria, no logró convencer a sus adversarios»46. Ordinariamente, después de llegar a este punto, suele darse por zanjada la cuestión. Los comentaristas se contentan con establecer el año 432 como fecha clave, y el matiz de la damnatio post prae- visa demerita, como punto de discrepancia entre discípulo y maes­ tro. Sin embargo, Cappuyns apunta un detalle que no podemos pasar por alto. Es más sutil y establece tres períodos netamente distintos: «L ’attitude de Prosper en face de cette autre synthèse n’est pas toujours restée identique a ella-même; elle a évoluée et l’ont peut y distinguer sans peine trois périodes: la période d’in­ transigeance (jusque vers 432); la période des premières conces­ sions (433-435); la période des grandes concessions (après 435 en­ viron)» 47. En efecto, es profundamente significativo que en sus últimas obras no ya sólo matice la cuestión de la predestinación en lo que se refiere a la massa damnata, concediendo que se hace «post prae- visa demerita»; no es ya sólo que admita la llamada universal a la salvación; es que, como hace notar Cappuyns4®, «il on n’y veut point defendre d’autres doctrines que celles consacrées par un con­ cile ou un pape au concile de Cartage de 418, Innocent I, Zosime». Es lo que indica la serenidad del «Indiculus gratiae»49. Lo cual, en palabras de este autor, «constitue un progrès essentiel dans l'évo­ lution de Prosper» 51. De ahí también que en el «De vocatione om­ nium gentium»: «ignore et le nom de saint Augustin et le terme compromettant de prédestination»51. Efectivamente, el término «praedestinatio», y sus implicaciones, era el punto muerto de la discusión. Mas, abordando el problema fundamental de la llamada universal a la salvación, incuestionable para Casiano y sus seguidores, se hacía una luz especial que diluía las sombras proyectadas en dicho asunto. Y esto es lo que hace Próspero, como demuestra Cappuyns 52. Por eso, en lugar de cargar el acento en la predestinación, que comporta la voluntad eficaz de Dios en favor de unos y en contra de otros — ésta es la consecuencia lógica— según sus insondables 46. J. T ix e r o t , o . c ., 196. 47. M. C appu yn s, a. c., 310. 48. Id., a. c., 328-329. 49. Dz. 142. 50. M. C a ppu yn s, a. c., 328. 51. Id., a. c„ 329. 52. Id. L’auteur du «De vocatione omnium gentiunn, en Revue bénédictine 39 (1927) 198-226. S IG N IF IC A D O D E SAN PRO SPERO DE A Q U IT A N IA ... 407

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