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3 76 E R . E R H A R D -W . P L A T Z E C K , O .F.M . dencia en las pa lab ra s siguientes de Anselm o : «S in duda existe algo, en cuya comparación nada m ayo r puede pensarse, y esto no sólo in intellectu sino también in re, lo cual es tan verdadero que no puede pensarse que no existe» 20. L a s p roposiciones b y c, es ve rdad , aparecen a la inve rsa en el texto de Anselmo . No obstante la p roposición c ) de Buenaven tu ra aparece tamb ién como la ú ltim a consecuencia pa ra Anselmo , por­ que la p roposición b ) de B uena ven tu ra , puesta en el texto ansel- m iano después de la p roposición c ), se in ic ia con un «nam», con lo cual Anselmo qu iere m o tiva r su sentencia c ) antepuesta. Pode­ mos a firm a r que las cita s de B uena ven tu ra sacadas de San An se l­ mo se encuen tran de hecho en el texto del Proslogion tanto re s­ pecto a la intención como a l orden. S in embargo nos llam a la atención el hecho de que Buenaven ­ tu ra en la c ita c ) om ite las pa lab ra s in re e in intellectu, por las cuales Anselmo nos m an ifiesta su p reocupación de que se entienda m a l su verdadera intención . ¿N o comprend ió qu izás el «nervus quaestion is» de Anselmo? Además ¿q u ie re Buena ven tu ra propo­ nernos un argumento en fa vo r de la existencia de D io s? A p rim e ra v is ta parece que intenta sólo p roba r la p roposición de Anselmo , según la cua l D ios es un se r, cuyo no-ser no se puede pensa r, es d ecir, que su se r es totalm ente verdadero y auténtico como no se puede decir de n ingún otro se r in actu, de modo que (según la temática general del Com en tario bonaven tu riano a la s Sen tencias de Pedro Lom b a rdo ) parece que se presupone un S e r sumo , una cumb re de todos los seres cognoscibles por noso tros, la cua l se llam a comúnmente D io s; en una p a lab ra , parece que se presupone sencillam en te la existencia de D ios. ¡Acep tamos por un momento tal in te rp re tación ! En ton ce s se debe decir al menos lo que sigue: L a existencia de D ios p resupues­ ta se destaca de m ane ra rad ica l y ún ica de todos los demás seres, que se presentan a nuestra expe riencia, en razón del modo im pe r­ fecto de e x is tir de todos e llo s, de m ane ra que sólo de D ios va le la sentencia, según la cual no se puede conceb ir que una vez exista y o tra no. En ton ce s, al fo rm u la r silog ísticam en te las cita s bona- ven tu rian a s, sacadas del texto anselm iano debemos in c lu ir siem ­ pre la nota ex isten cia l. E n este proceso dem o strativo no se dará jam á s una tran sición de la esfera de p redicados cu a lita tivo s a la de predicados de existen cia . 20. Ib. fra se fin a l del c 2; I, 102.

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