PS_NyG_1976v023n003p0371_0397

LA V IA A N S E LM IA N A EN L A S OBRAS D E . 397 cuito de nuestro pensar, de imposibilidades o aun de absurdos. Desde siempre han estado acordes los pensadores creyentes en que la cuestión qué o quién es Dios en su íntima esencia, con tal que este mismo modo de hablar sea lícito, no puede ser respondido ni por los filósofos, ni aun por los teólogos. La cuestión de si Dios existe, presupone sin duda un concepto de Dios, por el cual Dios se hace ver desde este mundo. La cuestión de la formación relati­ vamente más ajustada a tal concepto de Dios, por el cual se con­ cibe el último fondo y la última razón de ser, tanto del mundo exterior de nuestras experiencias sensitivas, como de nuestro mun­ do espiritual e interior, contiene ya implícita, según mi modo de ver, la prueba de la existencia de Dios. Fr. E r h a r d - W . P l a t z e c k , O.F.M.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz