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372 F R . ERHA RD -W . P L A T Z E C K , O .F.M . tu ra l de D ios se queda al margen de la conside ración bonaventu- rian a y aun se restringe a un cie rto grupo de p rob lem as que in te ­ resan a los m ismos teólogos. E n la d istin c ión te r c e r a 3 del lib ro p rim e ro del Com en tario B u e ­ naven tu ra pregunta si y en qué m anera el h om o -v ia to r logra hacerse una c ie rta idea (siem p re hum ana, se en tiende) de lo que puede lla ­ m arse: D ios a travé s del conocim iento de las cre a tu ra s, es decir, si y en qué modo el hombre pueda fo rm a rse un concepto de D ios por medio de las crea tu ra s. E n la parte p rim e ra de la d istinc ión octava (siem p re del lib ro p rim e r o )4, la cual tra ta de la verdad e inm u tab ilid ad d iv in a , el títu lo de la cuestión segunda del p rim e r a rtícu lo suena a s í: « S i el ser d ivino es tan verdadero que su no-existencia no pueda pen­ sarse». Aqu í San Buenaven tu ra se refiere expresamente a la v ía anselm iana. De la sucesión de las p red ichas cuestiones parece deducirse que se debe exponer en p rim e r lugar lo que según el Docto r Seráfico constituye el concepto (hum ano ) de D ios. Y , como en la d istin c ión octava Buenaven tu ra nos ind ica el cam ino «per c rea tu ra s» , debe­ mos hacer consta r, que el concepto de D ios como ta l ha de fo rm a r­ se a p o sterio ri, es d ecir, a p a rtir de los seres que se nos ofrecen en el tiempo y en espacio en cuanto se m an ifiestan gradualmente como vestig ios de D ios. Mas si analizamos en detalle el texto de dicha d istinc ión y pre­ guntamos cuál se ría el concepto de D ios que se busca «per crea- tu ra s» , hay que con fesa r que a esta pregunta no se da contestación alguna, y que se tra ta aqu í so lamente de la mera po sib ilid ad de fo rm a rse un concepto de D ios fundado en el conocim ien to de las c rea tu ra s. L a exp resión «per crea tu ras» nos dice que el «homo via- tor», a causa del in flu jo d iv in o 5 en la creación , puede elevarse des­ de el conocim iento de las crea tu ra s a un cie rto conocim iento de D ios. Además hay que hacer consta r que Buena ven tu ra — en v is ta de las d istincione s siguientes— pone (en la p red icha d istinc ión te rce ra ) su atención sobre todo en el modo por el cua l en la crea ­ ción se da un punto de p a rtid a pa ra llega r a l conocim iento de D ios trin o : a ) med iante el pensar filosó fico ; b ) mediante el pensa r teo­ lógico, que presupone estrictam en te la fe r e lig io s a 6. E n la cuestión segunda del a rtícu lo p rim e ro en la parte p rim e ­ 3. Sent. I, d. 3, q. 2; I, 71 ss. 4. L. c., d. 8, p. 1, a. 1; I, 149-164; Ib., q. 2; I, 153-155. 5. C f. nota 3. 6 . Se trata aquí m enos de la existen cia que de la esencia de Dios.

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