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P R E S U P U E S T O S DE LA T E O LO G IA D E LA H IS T O R IA . 345 señalar a tal concepto. Los antiguos, en cambio — entre ellos San Buenaventura— , prefirieron el término ratio (razón). Otro tema es el de la predestinación de Cristo, en cuanto Hom­ bre, a la Unión Hipostática y a la gloria. Tal cuestión va unida íntimamente a la discusión del primado de Cristo, y puede enten­ derse como predestinación absoluta, o bien relativa o condiciona­ da a analogías espaciales o temporales 4; y puede relacionarse tam­ bién con la cuestión hipotética, como subordinada a ella o en tér­ minos de prioridad. Por último, sólo nos resta considerar el tema del primado de Cristo. «Primado» deriva de «primero». Cristo es primero en cuan­ to hombre, como le reconoce la fe, con primado de excelencia, es decir, de orden ontològico, no cronológico. El fundamento de tal primado es la divinidad de Cristo. De la noción de primado deriva, además, la discusión sobre la triple causalidad (segunda y univer­ sal) extrínseca de Cristo: eficiente — por vía de mérito— , ejemplar y final; ante la cual, la posición de los teólogos es muy variada. II. LA REDENCION COMO RAZON PRINCIPAL DE LA ENCARNACION 1. Argumentos El punto de partida obligado para descubrir la doctrina de San Buenaventura sobre el motivo adecuado de la Encarnación, no puede ser otro que reconocer, con el Seráfico, el misterio inson­ dable que entraña la asunción de una naturaleza humana por Dios 5. Bajo tal prisma y en el contexto apuntado, se pregunta el Seráfico: quae fuerit incarnationis ratio praecipua 6. La tesis, que 4. Analogía espacial sería, p o r ejem plo: «C risto está sentado a la d iestra del Padre»; an alogía cronológica: «Prim ogénito de toda la creación». 5. C f. 111 Sent. d. 1, a. 2, q. 2, R atio 3: Q. I I I , 24 s. E ste m isterio es del tipo llam ad o sobrenatural, contem plado en la descripción que o frece el Concilio V ati­ cano I, en el cap. 4 de la Const. Dogm . Dei Filius (cf. D S 3016). 6 . III Sent., d. 1, a. 2, q. 2: O. I I I , 21 a ss. Ni A lejan dro de H ales, ni San B u e­ naven tura, ni tam poco Duns E scoto en el Opus Oxoniense (el único com entario a las Sentencias redactado person alm ente) tratan ex p ro feso la «cuestión hipoté­ tica»: Si Adán no hubiese pecado, ¿se hab ría hecho hom bre el V erb o? C f. J . F. B o n - n e fo y , La question hipothétique: Utrum si Adam non peccasset..., au XII I siécle, en Revista Española de Teología 14 (1954) 327-368 y R . de C o u r c e r a u lt , Le motif de l’Incarnation, Duns Scot et l’école scotiste, en Etudes Franciscaines 28 (19 12) 186- 201. 313-331. Por ello nos parece excelente el estudio de I. M. B is s e n , De Praedesti- natione absoluta Christi secundum D. Scotum expositio doctrinalis, en Antoniamim 12 (1937) 3-26, que an aliza la opinión esco tista de la predestin ación ab solu ta de

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