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P R E S U P U E S T O S D E LA T E O LO G IA D E LA H IS T O R IA . 367 « Y en tercer lugar, otros dijeron más profundamente, que la unidad del tiempo se toma de la unidad del sujeto, por el cual es causado; y el sujeto, por el cual es causado, es la materia en cuanto mudable, es decir como ente en potencia83. Pues la materia, en cuanto adquiere una forma, se cambia, y así es ente en potencia; y por ello el tiempo debe considerarse máximamente como accidente de la materia84. Pero, como la materia es una esencialmente, aunque difiere por el esse, una no con la unidad del universal o del singular, sino de modointerme dio, así el tiempo en todo lo temporal»85. Es posible — pensamos— que San Buenaventura haya intuido que, desde su noción filosófica del tiempo, se podía abocar en el fenomenismo histórico, que es limitar el conocimiento histórico al despliegue efectivo de la historicidad, y entender que lo histó rico agota su ser en un mero despliegue o desarrollo. Porque, en efecto, al ser uno el tiempo como es una la materia prima, y me dirse en relación a tal unidad las variaciones temporales, el fenó meno histórico podría reducirse a la pura dinámica del desarrollo de la materia. Una tal exégesis del pensamiento bonaventuriano — 'aunque traicione el sentido genuino de los textos— es posible en una primera lectura superficial, y, como era de esperar, ha des pertado la curiosidad de los autores de inspiración marxista86. El Seráfico intentó salvar tal conclusión con algunas matizacio- nes: señalando que la materia sólo es una, secunclum quod consi- dera tu r ab a n im a 67. Y que el tiempo, en cambio, se diversificaría 83. T al noción de m ateria com o ente en potencia sugiere la doctrin a bonaven- tu rian a de la materia informis (cf. II Sent., d. 12, a. 1, q. 1. R s: Q. I I, 294 a) y de la ratio seminalis (cf. II Sent., d. 18, a. 1, q. 3, R s: Q. I I, 440 a-b). 84. La doctrin a que con sid era el tiempo com o un accidente de la m ateria, p o r tratarse de una especie de la cantid ad, no es o riginal de S. Buen aven tura, que debió o iría en círcu los averro ístas (cf. A v e r r o e s , Compendio de Metafísica I, 28: ed. Q uirós, 27), y también en am bientes trad icion ales arábigo-agustinianos (una de las proposiciones cen su rad as p o r R o b erto de C an terb u ry, reza así: «Item quod tem pus non est in predicam en to qu an titatis» ( D e n i f le - C h a te la in , Chartularium Uni- versitatis Parisiensis, t. I, 1.a, 559). 85. «E t ideo dixerunt tertii p rofu n d iu s, quod unitas tem poris sum itu r ab uni- tate subiecti, a quo cau satu r; subiectum autem a quo cau satu r, est m ateria ut mu- tab ilis, et ita ut ens in potentia. N am m ateria, ut in acqu isitione form ae, m utatu r, et sic est ens in poten tia; et ideo tem pus m áxim e inter om nia accidentia se tenet plus cum m ateria. Sicu t igitu r m ateria una est p er essen tiam , d iffere n s per esse, una non u nitate u n iversalitatis nec sin gu laritatis, sed m edio m odo, sic tem pus in óm nibus tem poralibus» (II Sent., d. 2, p. 1, a. 1, q. 2, R s: Q. II. 59 a-b). So b re la unidad de la m ateria, cf. II Sent., d. 3, p. 1, a. 1, q. 3, R s: Q. I I, 100b -101 a: unidad de posibilidad que puede llam arse de homogeneidad , porque es una sin núm ero. 86 . C f., p. e j., A . P e r e z E s te v e z , El concepto de materia al comienzo de la es cuela franciscana de París (San Buenaventura y Ricardo de Mediavilla), T esis Doc toral (inédita), Univer. de L ovain a 1971. 87. II Sent., d. 12, a. I, q. 1 R s: Q. I I, 294 a.
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