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P R E S U P U E S T O S DE LA T E O LO G IA D E LA H IS T O R IA . 36 3 era ornato de todo el mundo visible, fue creado el último día, el día sexto, así igualmente el segundo hombre, complemento de todo el mundo reparado... lo fuera al fin de los tiempos, esto es, en la sexta edad...»72. IV. CONCLUSION: CRISTO, A LA VEZ MEDIO Y CUMBRE DE LA HISTORIA Hemos comprobado — según la mente de San Buenaventura— que Cristo es, a la vez medio y cumbre de la historia, tesis que no encierra contradicción, sino complementariedad. Es cum b re en un contexto que se mueve en el orden del f ie ri de la armonía universal (supuesta la predestinación relativa espa­ cial y temporal de la Encarnación). Es decir, el Verbo encarnado es la coronación y perfección sobrenatural última de la creación, «acabamiento» que tiene lugar en el tiempo73, porque con ella, los tiempos adquieren su plenitud y se alcanza la maduración de la esperanza en el Salvador. Pero esto no quiere decir que la Encar­ nación de Cristo sea la terminación absoluta del tiempo. Su venida inaugura la plenitud, y por ello la sexta y séptima etapa corren juntas. Pero ya es el fin, en el sentido de que la Redención objetiva se ha realizado, y sólo resta su aplicación, es decir, la Redención subjetiva. En cambio, Cristo es medio de la historia, en cuanto que, in ja c ­ to esse, la Encarnación es centro de los tiempos, porque todos los ojos están puestos en ella. Informa ios siglos que la precedieron por la esperanza, y los tiempos subsiguientes, por el gozo de su venida, el testimonio de su vida y las gracias que derrama74. Por ello, Cristo es medio de toda sabiduría y de todas las ciencias y, como consecuencia, norma imitable de conducta o de virtud mo­ ral y medio de la concordia, en la sempiterna retribución. 72. «E t hoc opus incarnation is erat p erfectissim um ínter om nia opera divina; et processus debet esse ab im perfecto ad perfectum , et non e converso: hiñe est, quod opus illud debuit fieri in fine tem porum , ut sicu t prim us hom o, qui erat to- tius mundi sen sib ilis ornam entum , ultim o fu erat conditus, scilicet sexto die ad totius mundi com pletionem : sic secundus homo, totiu s mundi rep arati complem en- tum ... fierit in fine tem porum , hoc est in sexta aetate...» ( Brev ., p. 4, c. 4: Q. V , 244 b). 73. «In tegritas et p erfectio u niversi req u irit, ut u n iversa sin t o rd in ata quantum ad loca et tém pora» (Brev., p. 4, c. 4: Q. V , 244 b). 74. C f. In Hexaem., I, 11-39: Q. V , 331 a-335 b. So slayam o s aq uí, expresam ente, un tem a h arto debatido en tre las escuelas: si es preciso su straer o no a la influen­ cia vivifican te de C risto, la gracia del p rim er hom bre en estad o de inocencia y la glo ria esencial de los ángeles.

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