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360 JO S E IG N A C IO SA RANYANA de la historia. Es ep ílogo — nosotros preferimos la expresión «cum­ bre»— , en efecto, en los tres esquemas que elaboró en los prime­ ros años de su carrera teológica (las siete edades; las cinco voca­ ciones, y los tres tiempos). Es medio, en cambio, en los modelos AT-NT que propone en las «Colaciones sobre el Hexamerón», en cualquiera de sus seis variantes. Por todo ello conviene que anali­ cemos despacio cada una de estas dos manifestaciones cristoló- gicas. 5. C ris to t medio de la h isto ria Los razonamientos y discursos del hombre prudente — dice Bue­ naventura— deben comenzar en Cristo, que es el medio59. Cristo es medio, porque es mediador entre Dios y los hombres, y medio — como fuente de sabiduría— entre los dos máximos sabios: Moi­ sés, el fundador y Juan, el terminador. Por consiguiente, nos es dado llegar al conocimiento de las criaturas a su través <so, ya que en Cristo están encerrados todos los tesoros de la sabiduría, por­ que «ipse (Christus) est médium omnium scientiarum» 6I. Esta me­ diación de Cristo es septiforme a : medio de la esencia por la gene­ ración eterna, entre el ser en sí y ser por otro, y ésta es materia que trata el metafísico; med io de la naturaleza, por la Encarna­ ción, entre lo inmóvil y lo móvil, y este tema lo trata el físico; medio de la distancia, por la Pasión y Crucifixión, porque está en el centro entre los cielos y el infierno, y esto lo estudia el matemá­ tico; med io de la doctrina, por la Resurrección, porque es fuente de evidencia y argumentación, y éste es arte del lógico; m ed io de la modestia o v irtu d moral, por la Ascensión, porque así Moisés obtuvo su ley al ascender al monte, y éste es el proceder del ético; medio de la ju sticia , en el juicio futuro, consideración del jurista o del político; y por último medio de la concord ia, en la sempiter­ na retribución, en la que el mundo se ha de reducir a Dios, y éste teza, es m edio de todas las ciencias»: Lexicón Bonavenluriano , en Obras de San Buenaventura, M adrid 1957, t. I II , 768. So b re este tem a vid . N. Sim o n elu , o . c . 59. InHexaem., 1 , 1 : Q. V , 327 a. 60. InHexaem., I, 10: Q. V , 330 b. 61. InHexaem., I, 1 1 : Q. V , 331 a; D: Principium, col. I, 5. 62. InHexaem., I, 11-39 passim : Q. V , 3 3 1a -3 3 5 b ; D: Principium, col. I, 5 ss. E n o tras o b ras, S. B u en aven tu ra señala que C risto es m edio en el orden in dividual, p orque pu rifica, ilum ina y p erfeccio n a a cada uno en p a rtic u lar ( Itin . mentís in Deum, cap. IV , n. 5: Q. V , 307 a-b) y que es m edio en el orden colectivo hum ano, por ser Pontífice clem entísim o. D octor sapientísim o y R ey poten tísim o (In Dom. III Adv., sermo I: Q. IX , 58 a-b). C f. sobre este tem a B . Aperribay, Primado de Jesu­ cristo en la Escuela Franciscana, en Verdad y Vida 5 (1947 ) 401-417.

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