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LA «RESPECTIVIDAD» ENTRE EL HOMBRE. 2 7 5 ción del cosmos estrictamente trascendental a lo que no obsta que el cosmos sea siempre y sólo de una talidad determinada, ya que la misma circunstancia incide en el ente inteligente y volente, y, sin embargo, su función es estrictamente trascendental. «La posi­ ble multitud de las cosas — escribe— no obsta a la unidad tras­ cendental del mundo com o no obsta la multitud, incluso esencial, de inteligencias y voluntades, para la unidad trascendental del verum y del b o n um » 24. La respectividad en el orden de la realidad en cuanto tal es el mundo. Por eso la mundan idad es el primer trascendental. La mundanidad es un momento de la realidad de cada cosa qua real. Es un trascendental que se sigue del puro carácter de realidad en orden a la multiplicidad de las cosas reales. Por eso, no sólo es trascendental, sino que es el primer trascendental «com p le jo » de la realidad en cuanto rea lidad25. Respecto del carácter estrictamente trascendental del mundo podrá decirse que no toda cosa real qua real es respectiva. Ante la posibilidad de realidades de este tipo Zubiri escribe: «Esas realidades nada tendrán que ver entre sí 'cósm icamente’, pero coin ­ cidirían en ser reales; y esto que parece no ser sino una simple coincidencia, es algo más, porque al ser efecto de una sola rea­ lidad creadora, esencialmente existente, eo ip so aquellas realida­ des creadas, aunque por su talidad nada tengan que ver entre sí, están, sin embargo, en respectividad por lo que concierne a su carácter de realidad. Si se quiere, Dios las ha creado en esa forma de respectividad que es no tener que ver cósmicamente entre sí. En su virtud, estas cosas que carecen de unidad cósm ica son res­ pectivas en cuanto a su carácter de realidad; es decir, tienen uni­ dad de mundo» 26. Mas la mayor y más grave dificultad al respecto 24. O. c„ 429-430. 25. Para Zubiri «complejos» «son aquellos trascendentales que competen for­ malmente a cada cosa real por el mero hecho de ser real, pero que expresan aquello que se sigue del puro carácter de realidad en orden a la multiplicidad de las cosas reales. En cambio, son trascendentales ’simples’ aquellos que expre­ san sin más la realidad en y por sí misma. Y digo que mundo es el primer trascendental complejo, el trascendental fundante de todos los demás trascenden­ tales complejos: aliquid, vertim, bonum. Los tres son complejos: expresan, en efecto, lo que es intrínsecamente el carácter de realidad de cada cosa como refe- ribilidad a las demás. Y esta referencia no es sino la respectividad de lo real qua real, esto es, el mundo. Sólo porque una res en cuanto res es respectiva a las demás, puede ser y es un aliud respecto de ellas» (O. c., 430). Lo mismo sucede con el verum y el bonum : sólo porque la cosa real inteligente y volente está en el mundo de las demás cosas reales, es posible que haya intelección y volición y, por tanto, verum y bonum trascendentales (cf. o. c., 430-431). 26. O. c., 431.

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