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LA « RESPECTIVIDAD» ENTRE EL HOMBRE. 273 sino en cuanto a su mutua conexión, b ) porque la respectividad se identifica, in re, con cada cosa real, sin que ésta deje por ello de ser respectiva 17. E l ORDEN TRASCENDENTAL La esencia no es sólo aquello según lo cual la cosa es «tal» rea­ lidad, sino aquello según lo cual la cosa es «real». La esencia per­ tenece entonces a un orden superior: el orden de la realidad en cuanto realidad. Este modo peculiar de estar por encima de cual­ quier talidad en el sentido de convenir a todas sin ser una talidad más, es lo que la Escolástica llamó «trascender». Es trascendental aquello en que todo conviene independientemente de su talidad. Pero hay que distinguir cuidadosamente la trascendentalidad mis­ ma de aquello que prim o et p e r se tiene carácter trascendental18. Para ello hay que distinguir entre realidad, ente y ser: «Realidad no es un tipo de ser, sino que es la cosa com o 'de suyo’, es la cosa real a secas. 'S er’ es un acto ulterior de lo ya real in re. 'Ente’ es lo ya real en cuanto 'e s ’ » l9. Por tanto, el orden trascen­ dental no es el orden de la objetualidad, tampoco es el orden de la entidad, ni el orden del ser, sino que es el orden de la realidad, o rd o realitatis, ut s i c 20. Toda cosa real puede considerarse desde dos puntos de vista. Por un lado, cada cosa es tal o cual cosa determinada; pero, por otro, es una cosa «real». El primer aspecto de la cosa es el orden de la «talidad»; el segundo es el orden «trascendental», el orden de la realidad en cuanto realidad. Estos dos órdenes son distintos, no yuxtapuestos, pues, «realidad» es un carácter que trasciende a todos los momentos, m odos y diferencias de la talidad de lo real. Porque «realidad» es un carácter meramente trascendental, no sólo está implicado en todo momento talitativo, sino que, recí­ procamente, la talidad determina (digámoslo así) in re las propie­ dades de lo real en cuanto real; esto es, sus propiedades trascen­ dentales. Las cosas, tales com o son en realidad, son, ante todo, cosas reales cada una en y por sí mismas; pero, además, se hallan vinculadas entre sí en una u otra forma. Cada cosa es realmente lo que es en realidad en función de la constitución de las demás cosas. Se trata de un carácter constitutivo que pertenece intrínse- i] 17. O. c„ 372-388. 18. O. c., 412-413. 19. O. c., 413. 20. Cf. o. c„ 424-427.

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