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2 8 0 CEFERINO MARTINEZ SANTAMARTA cosas así específicamente prefijadas es lo que constituye el m ed io. El hombre, en cambio, se mueve entre cosas que ciertamente tie­ nen un contenido determinado en cada caso. Pero la habitud ra­ dical del hombre es inteligencia; por tanto, las cosas no quedan específicamente prefijadas, sino que basta con que sean reales. El con jun to de las cosas reales en tanto que reales es lo que llamo m undo. El animal tiene medio, pero no tiene mundo. Mundo no es el horizonte de mis posibilidades de aprehender y entender las cosas en mi existir. Tampoco es el con junto de las cosas reales en sus conexiones por razón de sus propiedades, sino que es el con jun to 'respectivo’ de todas las cosas reales por su 'respectivi- dad’ formal en cuanto tales. En el mundo así entendido es en el que el hombre se tiene que mover; y por eso el mundo es siempre algo formalmente abierto. Su control humano es por esto, en bue­ na parte, 'creación ’ » 3S. El hombre realidad se enfrenta con las cosas realidad. El ani­ mal con una pura y mera sensibilidad reacciona siempre y sólo ante estímulos. Aun tratándose de com p lejos de estímulos unita­ riamente configurados se trata siempre de meros estímulos. En cambio el hombre, con su inteligencia, responde a realidades, aprehende las cosas y se enfrenta con ellas com o realidades. «El hombre — dice Zubiri— es el único animal que no está encerrado en un medio específicamente determinado, sino que está constituti­ vamente abierto al horizonte indefinido del mundo real. ...En una palabra, mientras el animal no hace sino 'resolver' su vida, el hombre ’ proyecta’ su v id a » 35. «El hombre — escribe en otro lu­ gar— , en lugar de limitarse, com o el animal, a conducirse en un am b ien te, tiene que realizar o malograr p ro p ó sito s y esbozar p ro ­ y e c to s para sus acciones. El sistema total de estos proyectos es su m u n d o » ‘l0. El hombre vive entre las cosas para hacer con ellas su vida. No se limita a estar, a ejercitar sus funciones vitales, sino que tiene que determinar su vida por deliberación y decisión. No sólo está viviendo, sino que parcialmente está haciendo su v id a 41. C e f er in o M a r t ín e z S antam arta 38. A. c., 20. 39. El origen del hombre, en Revista de Occidente 1964, 148. 40. Naturaleza, Historia, Dios, 5.“ ed., Madrid 1963, 9. 41. O. c., 162 ss.

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