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EL AMOR A DIOS, FIN NATURAL DEL HOMBRE. 2 5 7 también con Tomás de Aquino en su comentario a las Sentencias (2 dist. 1, q. 2, a. 2) alegando que así com o hay agentes que im primen unívocamente en sus efectos las formas que ellos poseen, y hay también un agente que es el Ser divino, cuyos efectos no alcanzan ni pueden alcanzar unívocamente la forma de las perfec ciones que El posee; de igual manera, hay fines que se alcanzan unívocamente por parte del agente y del paciente, com o por ejem plo los de nuestras operaciones humanas, y fines cuya perfección inherente en el paciente no es ni puede ser una semejanza unívoca sino sólo análoga de la perfección del agente; y este es el caso de la Bondad divina, que excede en modo infinito a toda bondad crea da. Podemos, pues, con todo derecho seguir manteniendo que Dios es el fin último de todos los entes limitados, a cuya Bondad todos ellos apuntan, para recibirla ontológicamente según el m odo pro pio de entidad de cada uno de ellos. Ya Aristóteles se habían planteado el problema de la posibili dad del doble fin, uno extrínseco y otro intrínseco al universo li mitado, diciendo expresamente: «Hay que investigar de qué ma nera el universo natural tiene el bien y lo óptim o —"ó áyxdbv /.ai ~o ótptoxov — , si com o algo separado y el m ismo por sí mismo, o com o el orden — tá^c— (intrínseco en él), o de ambas maneras, com o ocurre en un ejército en cuanto que el bien del mismo está en su orden y en el general; y más en éste que en aquél, porque no es el orden quien hace al general, sino el general quien hace el orden del ejército» ( M e t . 1075 a 11-15). La conclusión de Aristóteles se basa en un examen profundo de su concepción metafísica del primer motor. Hay un doble fin en el universo finito: a) el f i n s e p a r a d o de éste, que es el primer m otor — -póixov •/.tvo'Jv ctKÍvTjtov — totalmente separado — xsyo)pta¡iivov — de los en tes mundanos a los que «mueve com o puramente amado» — xtvst w; éptójievov— (M e t. 1072 b 3), com o auténtica causa final — oó svsza — bien extrínseco y nunca posible de alcanzar com o algo po seído intrínsecamente. b ) el f i n i n h e r e n t e a todo el universo finito, que es este «o r den» — t«£;c— que el universo llega a alcanzar intrínsecamente en sí mismo y a partir de su propia inclinación natural — peces, aves, plantas, etc.— en cuanto llega a realizar en sí m ismo el orden con que le mueve el primer motor; lo cual es, en definitiva, el b i e n C O M U N o U N IV E R S A L de todos ellos T 0 (l-jarjijv x«t -ó áptoTov... r/jv xá£tv...
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