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LA F E , C AU S A FO RM A L DE LA J U S T IF IC A C IO N . 35 lleva a Dios de donde toma origen la vida de la gracia " 2. El hom ­ bre es constituido en justicia por la fe en Dios que nos ha salvado en Jesucristo. La vida de fe posee ya algo en común con lo que será en Dios la vida futura. Creer es poseer ya en esta vida, aunque de modo imperfecto, lo que será en la otra la visión de Dios, acto supremo y perfecto de inteligencia: «p e r fidem in ch o a tu r in n o b is vita a etern a : n am vita aetern a nihil aliud est qu am co g n o s ce re D eum : u nde d icit D om in u s (J o . 17, 3) ” h aec est vita aetern a, u t co g n o s ca n t te so lum verum D eum ” . H a e c autem co g n itio Dei in cip it h ic p e r fid em » 11J. La vida de la fe tiene su continuidad en la visión celeste: ésta es un conocim iento perfecto e inmediato de Dios; la fe, un conoci­ miento imperfecto y oscuro del mismo, pero en ambos casos para el Angélico existe un acto del entendimiento humano que adhiere a la Verdad de Dios. Para Tomás de Aquino el entendimiento es la dimensión humana que más nos asemeja a Dios, por ello la perfec­ ción en esta línea supone haber llegado a la ultimación humana en cuanto tal. La visión celeste, acto supremo de inteligencia, implica la perfección del hombre a nivel natural y sobrenatural U4. La per­ fectibilidad del hombre no se reduce sin embargo para Sto. Tomás al desarrollo del factor intelectual: la fe no es com ienzo de vida eterna únicamente porque es un conocim iento intelectual de Dios, por ser un asentimiento del entendimiento humano a la verdad de Dios tal com o ha sido revelada y enseñada por la Iglesia, la fe su­ pone comenzar a vivir la vida divina porque es también deseo, ten­ dencia y amor a Dios. Como en el caso anterior, para el Angéli­ co no puede existir vida divina si no hay caridad; el com ienzo de una comunión vital con Dios está ligado a una fe animada por el amor lls. tum: dum scilicet tendit in id quod est supra se, scilicet in Deum. In quo quidem motu primum principium est fides» (II-II, 7, 2c). 112. «D icitur iustitia Dei esse per fidem Jesu Christi non quasi per eam me- reamur iustificari, quasi ipsa fides ex nobis existat, et per eam mereamur iusti- tiam, sicut Pelagiani dixerunt, sed quia in ipsa iustificatione qua iustificamur a Deo, primus motus mentis in Deum est per fidem » (in Rom. 3, lect. 3, n. 302. Cf. in Heb. 10, lect. 4, n. 547; in Gal. 3, lect. 4, n. 142). 113. In Symb., n. 861 (ed. Marietti). «Fides praelibatio quaedam est illius cog- nitionis quae nos in futuro beatos facit» (Comp. theol., I, 2, n. 3. Cf. II-II, 4, le). 114. La naturaleza intelectual humana es la base sobre la cual Tomás de Aquino construye toda su antropología, tanto natural com o sobrenatural. El hom ­ bre es imagen de Dios por razón de su inteligencia (I, 93, 6). Un esbozo de su antropología con una visión crítica de la misma en O. G onzález , Teología y antro­ pología, Madrid 1967, 85-118. 115. «Quia primum principium quo Deus est in nobis, est fides; ideo fides

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