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30 J E S U S M . LECEA la renovación «m ora l» de su vida, adhiriéndose con todo su ser al Dios que salva y perdona. Este cambio psicológ ico de la voluntad pecadora, definido por Sto. Tomás com o un acto de fe y peniten­ cia, es necesario por sí mismo para que la justificación pueda dar­ se, pues, aunque esta última es fundamentalmente un acto de Dios, debe realizarse de m odo adecuado a la naturaleza humana87. La explicación teológica definitiva, tal com o aparece en los escritos «maduros» de Sto. Tomás, está polarizada sobre el acto de fe, dada la posición central que éste ocupa en el orden natural de los ele­ mentos constitutivos de la ju stifica ción88. La explicación tomista del «motus fidei iustificationis», aunque parte de presupuestos muy distintos de los que más tarde partirá Lutero para formular su doctrina de la «sola fides», se presenta sorprendentemente cercana a ella a la hora de apuntar sobre la importancia primaria e insustituible de la fe. La fe aparece en am­ bas teologías com o lo constitutivo o «form a l» de la justificación del hombre por la gracia divina. El proceso subjetivo de la justifica­ ción, explicado por Sto. Tomás, se inicia ba jo la acción exclusiva de la acción divina («in fusio gratiae») y a través de un movimien­ to de fe perfecta («m otus liberi arbitrii») desemboca en el estado de justicia sobrenatural («recep tio g ra tia e »)89. La fe es el primer contacto salvífico del hombre y Dios, no en orden cronológ ico sino porque sin ella resulta inconcebible la justificación humana. La fe no se limita a la aceptación conceptual de unos artículos dogmáti­ cos, sino que toca la misma realidad persona! de D io sw. Cierto transfondo personalista de la doctrina de Sto. Tomás sobre la fe favorece la interpretación en clave de causalidad formal del nexo causal existente entre justificación y fe. No se falsea de ningún m odo la teología del Angélico, más bien por el contrario es una ayuda para descubrir nuevos aspectos que quizás no han sido te­ nidos en cuenta lo suficiente. 4) La fe , prim era virtud de la vida sobrena tura l. Este último argumento pretende dar cohesión y ensambladura a los tres anteriores. La fe, en teología tomista y de acuerdo con 87. M I, 113. 8c et ad 2. 88 . «Motus liberi arbitrii naturae ordine praecedit consecutionem gratiae, se- quitur autem gratiae infusionem » (I-II, 113, 8 ad 2). 89. I-II, 113, le et ad 1. «Iustificatio impii dicitur esse ipsa rem issio peccato- rum, secundum quod omnis motus accipit speciem a term ino» (ib., a. 6 ad 1). 90. «Quia vero quicumque credit alicuius dicto assentit, principaliter videtur esse, et quasi finís, in unaquaque credulitate ille cuius dicto assentitur» (II-II, 11, le). «Actus autem credentis non terminatur ad enuntiabile, sed ad rem» (II-II, 1 , 2 ad 2).

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