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LA F E , C AU S A FORM AL DE LA J U S T IF IC A C IO N . 23 fundamental desde un punto de vista doctrinal, pero para nuestro caso no debe pasar inadvertido. El segundo cambio doctrinal reviste mayor importancia: defini­ tivamente, tras los titubeos de sus primeras obras, Sto. Tomás con­ sidera todo lo relativo a la preparación humana a la justificación com o efecto exclusivo de la acción interior de la gracia d iv ina67. La disposición última a la gracia, presentada com o un acto de fe viva o formada, es un acto entitativamente sobrenatural en todos sus aspectos y vertientes. Teniendo presente todos estos datos y desde la perspectiva del «o rd o perfection is» cabe atribuir a la fe dentro de una línea doc­ trinal genuinamente tomista una causalidad formal respecto a la justificación. El nexo causal existente entre ambas no queda lo su­ ficientemente expresado entendiéndolo únicamente com o causa dis­ positiva o material. Este último m odo de expresión no corresponde más que a aspectos parciales y secundarios de la doctrina del An­ gélico sobre las causas de la justificación ; la intención última de su pensamiento va más allá hasta atribuir a la fe una función po- larizadora, insustituible y constitutiva de la justificación del hom ­ bre pecador. De todas formas el sentido que se pretende dar a esta interpretación es únicamente asertivo no exclusivo; lo afirmado responde ciertamente a un m odo de entender la causalidad de la fe por Sto. Tomás. En sí la cuestión posee un carácter de novedad dado que hasta ahora la explicación no ha merecido el común asentimiento ni a nivel de hermenéutica tomista en particular ni a nivel teológico en general. El ecumenismo ha favorecido la superación de muchos obstáculos que imposibilitaban una expresión teológica común en­ tre católicos y protestantes sobre un punto tan importante de la fe cristiana. Redescubrir formulaciones teológicas anteriores a la con ­ troversia protestante com o en este caso promueve la instauración de un clima teológico donde, superadas toda rigidez e intolerancia fruto de una fijación en los aspectos parciales de la doctrina, se adquiera conciencia de los valores de un pluralismo teológ ico que lejos de romper la unidad de la fe y preocupado únicamente por la búsqueda de la verdad favorezca el enriquecimiento mutuo hacia cedit a term ino a quo, et accedit ad terminum ad quem. Unde oporlet quod mens humana, dum iustificatur, per motum liberi arbitrii recedat a peccato, et accedat ad iustitiam» (I-II, 113, 5c. Cf. Ib., aa. 1 y 6 ). La analogía con el movim iento local no es exclusiva de los últimos escritos, hallándose también en los primeros (Ver., 28, le; IV Sent. 17, 1, 1, 1); se trata únicamente de acentuación mayor en un caso que en otro. 67. Cf. I II, 109, 6 c; in Eph., 5, lect. 5, n. 300.

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