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20 J E S U S M . LECEA último para el hombre, fin que en la perspectiva dinámica de la existencia y tal com o hemos apuntado en el párrafo anterior, es el principio formal de toda vida sobrenatural. e) Forma ejemplar. El modelo sobre el que se realiza una cosa puede ser conside­ rado también com o «form a» del ser de la cosa 57: se trata — dice Sto. Tomás— de una «formalitas exemplaris». Esta excluye por su­ puesto una identificación real entre el modelo y la o b r a 58, pero al mismo tiempo presupone cierta participación de la obra en el m odo de ser del e jem p la r59. De esta manera Dios es «vida» del hombre y la caridad es «form a» de la f e 60. Todos los significados reseñados aquí poseen algo en común: el connotar perfección , especificación y actualidad; es decir todo lo contrario de lo que sugiere el concepto aristotélico de materia: imperfección, indiferenciación y potencialidad. Por ello todo lo que de alguna manera, sustancial o accidental, influye en el ser de una cosa especificándolo o perfeccionándolo, puede ser llamado causa o principio formal de esa cosa. Por causa formal entendemos con Sto. Tomás todo aquello que «califica» de una manera determinan­ te la realidad de una cosa, ya sea en su m odo de ser com o en su m odo de o b r a r 61. Si nos preguntamos aquí por una causalidad formal de la fe en la justificación del pecador tomando com o base doctrinal el pensa­ miento de Tomás de Aquino, lo hacemos intentando averiguar si para él el acto de fe, que justifica al hombre por gracia divina, re­ viste, desde una perspectiva del hombre mismo, las característi­ cas de principio o constitutivo formal, es decir, si teniendo pre­ sente lo que esto significa en el sistema teológico creado por Sto. Tomás, puede entenderse sin reserva alguna que la justicia de Dios le viene al hombre únicamente en ese acto trascendente y al mis­ mo tiempo profundamente humano que llamamos fe. 2.— R a zon es de una in terp reta ción . La doctrina de Sto. Tomás sobre la justificación por la fe que­ daría totalmente desvirtuada si, al proyectarla sobre la problemá­ 57. Ver., 3, le. 58. Ver., 14, 5 ad 1 et 4. 59. Ver., 14, 5 ad 3. 60. I Sent., 17, 1, 1 ad 2; Ver., 14,5ad3. 61. Este significado permanecetodavía en el Decreto tridentino «de iustifica- tione» (DS 1529).

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