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2 88 EN R IQU E R IVE R A DE VEN TO SA ya «verdad», razona Zubiri, porque la cosa real se halla actualizada en la .mente. Y esta actualización importa ratificación de la cosa re a l54. Como conclusión y frente a la verdad on tològ ica con la que más de uno será tentado de identificar la verdad real , Zubiri sentencia: «Si se quiere seguir hablando de m en sura 5S, habrá que decir que en la verdad real la cosa no se m en su ra por el concepto, sino que la cosa misma es la mensura de sí misma. Por esta razón, la verdad real no se identifica con la verdad ontològica, sino que es el su­ puesto primario y primero de ella» 56. Pensamos que este tema profundo de las clases de verdades está pidiendo un estudio comparativo muy reposado para precisar cuán­ do Zubiri empalma con la filosofía clásica y cuándo toma un cami­ no propio. Sin embargo, en nuestro propósito de analizar su m é ­ tod o peculiar creemos haber percibido cóm o el pensamiento zubi- riano va penetrando por calas cada vez más profundas hasta llegar a la nuda realidad de las cosas. La verdad real que hemos descrito, no es más que ese momento último, o si se quiere, primero, en el que la inteligencia se siente inmersa totalmente en las cosas. Sólo por esta primera inmersión Zubiri cree posibilitada toda ulterior adquisición y reflexión sobre la verdad. No se piense, por lo demás, que esta inmersión es algo fácil. Algo que podamos realizar a placer. Al contrario; si com o referen­ cia a ella, se da en todo acto de inteligir, com o logro es siempre algo problemático. En este sentido escribe Zubiri: «Es una de las tareas más penosas del saber humano, sujeta a error más que nin­ guna otra, y que en la mayoría de los casos más favorables sólo puede llegar a modestas aproximaciones. Pero lo que es inmediato y en lo que no cabe error, sino primaria verdad real, es en la mera remisión a esta realidad s im p lic ite r 57. Por consiguiente, todo nuestro conocim iento tiene que contar con esta verdad primera, que es la verdad real. Pero al mismo tiem­ po es necesario constatar que su conocim iento exhaustivo es una perenne conquista. Entre la percepción primera de la verdad real y su conquista última se enmarca toda nuestra vida mental. Este método zubiriano de acercamiento a las cosas lo hemos 54. Toca con precisión este delicado tem a de la «verdad real» en Z u b iri, Diego G racia G uillen , La estructura de la antropología médica, en Realitas, M a d rid 1974, 329. 55. E l concepto de mensura es clave en la in te rp re ta c ió n de la verdad, p ro ­ puesta p o r S an to T om ás, De Ventate I, 2 y 5. 56. SE, 119. 57. SE, 57.

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