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220 GERMAN ZAMORA misma lentitud en facilitar el informe solicitado por el Consejo, ya que no lo dio hasta el 13 de enero. Cuando en esa fecha envió su I n fo rm e al S u p r em o C o n s e jo s o ­ bre rep resen ta cion es y bula del P. V illa lp a n d o "1 exigiendo su b lo­ queo, era demasiado tarde. Quizá contribuyera a la dilación la falta de cooperación de los dos restantes Definidores, falta que remedió con las firmas de tres «ex» dignidades de la Provincia, muy «con ­ decoradas» a su ju icio, las cuales, sin embargo, dejaron constancia de que lo hacían «rogados por N. P. Vicario Provincial», en tanto el segundo y tercero de a bordo en la dirección de la Provincia se abstuvieron de rubricarlo, porque «no encontraban sobre qué fun­ darlo». El oficio del Consejo venía dirigido al Provincial y a su De- finitorio, por lo cual la negativa de sus dos colegas a firmarlo e in­ cluso a que se hiciese «en estos o en otros térm inos», lo invalidaba enteramente; bien lo advertía su autor, aceptando con indiferen­ cia la reacción favorable o adversa del Consejo frente a él. La intención de Villalpando era clara: eliminar el obstácu lo que lo impediría ser vocal en el Capítulo provincial de 1796. El método elegido estaba dentro de la legalidad, una vez que logró la dispensa de impedimentos. En cuanto al motivo que alegó para obtenerla, posiblemente no andaba descaminado su acusador, que señalaba com o tal el de «reformar la Provincia», pues fue éste uno de los sueños de su vida, manifestado cuantas veces pudo actuar libre­ mente, com o en su plan de reforma de los estudios filosófico-teoló- gicos, o en el del estilo capuchino de la predicación, para lo cual redactó unos estatutos, cuya paternidad conocem os precisamente gracias a esta delación ante el Consejo. Acumulando pretendidas pruebas contra Villalpando, critica Cervera el espíritu de aquellas ordenanzas, espíritu tan distante del oficial entre los predicadores capuchinos com o podía estarlo entre los Lectores el propugnado por Villalpando para los estudios. Cervera se escandalizaba ante la amplitud de miras de aquél: «¿Qué conexión tiene todo esto con la capuchina pobreza, y con la humildad de Frailes Menores aque­ lla disposición de que cualquiera de los Misioneros, antiguos o nue­ vos, tenga facultad de recibir, y adquirir por medios justos, y tener L laguno: «Q u e se abstenga de oficios de la O rden y de m ezclarse en sus eleccion es y g o b ie rn o y tendrá la p ro tecció n del R ey para o b je to s de literatura en que se ha de em plear». V illalp an d o ro g ó al M inistro se lo hiciera él m ism o presente a los electores capitu lares (AH N , E stado, leg. 2992). Si era sin cero, ¿p o r qué v olv ió a la carga en tiem po d e G od oy ? 111. APC, m s. 3-15. Ign oram os si el B reve p on tificio, cuya reten ción pedía Cervera en en ero de 1796, era el ob te n id o p o r V illalp an d o el 2 de en ero de 1787, y n o utilizado p o r la ingerencia de F loridablanca.

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