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212 GERMAN ZAMORA que había aprobado su texto e incluso aceptado se lo dedicara. Así se lo manifestaba a los inquisidores, desde Morata, donde se hallaba «por causa de baños», el 28 de ju lio de 1792. Ignoramos qué dolencia le aquejaba; ya en ocasión anterior obtuvo del Rey permiso para ir a tomar las aguas a Puertollano (1790). No logró de momento el amparo que esperaba, pues S. M. dispuso que «el Santo Oficio, en uso de su jurisdicción y facultades, obre libre­ mente en el asunto». Expedito el camino, el Tribunal pasó a ac­ tuar según los trámites usuales, comenzando por exigir al P. Vi- llalpando que entregara, «dentro del término perentorio de tres días, las copias de la delación de su obra intitulada Ph ilosoph ia, de las censuras, y respuestas a ellas dadas, con apercibimiento de que, no lo haciendo, se procederá contra él con todo rigor de derecho». Desde el 29 de febrero de aquel año Aranda reempla­ zaba a Floridablanca. La transmisión de esa orden corría a cargo de uno de los secretarios, el cual había de «hacérselo entender en su persona», y lo ejecutó sin dilación alguna, en el mismo día, com o él mismo dejaba constancia en las actas del proceso. Halló al P. Francisco en su celda, quien no opuso la menor resistencia ante el emisario. «En la villa de Madrid, a 22 de noviembre de mil setecientos y noventa y dos — hacía constar aquél— yo, el infrascripto secretario, en virtud de la com isión que antecede, hice saber y enteré de todo su contenido para los efectos que en ella se contienen al R. P. Fr. Francisco de Villalpando, estando en su celda en el convento de Capuchinos del Prado de esta Corte; quien ofreció cumplir con todo lo que se le manda, y lo firmó, de que certifico. D. Miguel Martínez de Ranedo. Srio» 101. Las muchas vicisitudes de este nue­ vo lance constituyen un drama por sí solas, en el que intervinie­ ron numerosos personajes y cuyo centro fue Villalpando, ciertas proposiciones censuradas de su Filosofía, la defensa de las mismas y la sentencia definitiva de destierro contra su autor. Paradóji­ camente, al hombre que tanto había luchado por la ilustración de España se lo enviaba al ostracismo a un lugar cuyas coordenadas esenciales debían ser que en él no hubiera Estudios ni Univer­ sidad 102. 101. AHN , In q u isición , leg. 4463, n. 11: Expediente de calificación de la obra titulada Filosofía del P. Fr. Francisco de Villalpando. C onsta el expediente de 89 folios, más d o s sin num erar. 102. Y a quien había puesto sus facu ltades al servicio del d esp otism o ilus­ trado, la In qu isición lo desterraba le jo s de la C orte y Reales S itios. Era el 17 de ag osto de 1795. El C on sejo d eb ió, sin em bargo, to rcer p ron to el rum bo qu e­ rido p o r los inquisidores, con la esperanza de sacar, p o r fin, la utilidad pública que de V illalpando se deseaba desde 1782.

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