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SOBRE LA FILOSOFIA DE ZUB IR I 125 viduación de la especie, sino el de la especiación del individuo, que siempre supone a este constituido com o tal. El autor insiste en este punto (pp. 181, 195-203, 217) porque, efectivamente, explica que la metafísica anterior haya enfocado al individuo de modo indirecto y Zubiri busque una inversión de este enfoque. El peli­ gro de «nom inalismo» que alguien podría temer no me parece fundado si se tiene en cuenta el carácter físico que Zubiri otorga a la especie y, sobre todo, la consideración trascendental de la realidad. Después de esta penetración analítica, el autor busca una vi­ sión sintética en los dos conocidos planos de la visión talitativa y trascendental. La esencia talifica a la sustancia individual. Desde el punto de vista trascendental (realidad qua realidad), la esencia determina la unidad trascendental que presenta a toda realidad com o algo que se pertenece (« su y o ») de un m odo prop io. Ello con forma una «individuidad» que se convierte en «individualidad» al individualizar las notas de orden concrecional; esto es lo que de positivo subyace a la indivisión formal. El autor sintetiza en unas páginas densas (pp. 216-8) su trabajo. Queda claro que la individualidad muerde en el nervio metafísico del pensamiento de Zubiri y ello explica su afrontamiento directo y positivo del problema, frente al carácter indirecto de la conside­ ración tradicional. Tales son los presupuestos para juzgar de su importancia y relieve histórico. 2 No menos interés ofrecen los dos estudios del segundo apar­ tado; sus autores intentan algo del máximo interés: poner a prue­ ba el pensamiento de Zubiri en dos ámbitos alejados de sus pre­ ocupaciones directas. El ensayo de Carlos Fernández Casado versa sobre «Enfoque de la estética desde la filosofía de Zubiri» (pp. 221-291). Confieso que el título me resultó intrigante y, ante él, comencé por ha­ cerme la misma pregunta que, probablemente, se hará el lector: ¿qu é puede decir la filosofía sobre una problemática para la que directamente no fue pensada? El autor afirma una y otra vez que el carácter provisional de su ensayo. En el fondo, parece tratarse de lo siguiente: la filosofía de Zubiri ofrece los cuadros adecuados para una conceptualiza- ción de la estética, cuadros capaces de integrar las más recientes

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