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118 ANTONIO PINTOR-RAMOS Había el peligro de que esto se convirtiese en mera repetición discipular de lo dicho por un maestro. Al final juzgaremos de este peligro, por alguien diagnosticado ya a p r io ri ; pero, a simple vista, parece que esto fue superado desde el primer momento al aceptar y promover actitudes críticas desde distintos niveles. De ahí que el volumen se presente, tal com o dicen I. Ellacuría y D. Gracia Guillén en su breve presentación, formado por tres gru pos de trabajos: 1) exposición e interpretación del pensamiento de Zubiri; 2) desarrollo de la variedad de temas en que tal pen samiento puede mostrarse fecundo; 3) crítica de aquellos puntos de esa filosofía en los que esto parezca conveniente (p. 6). Si el primer volumen va a ser, com o es lóg ico pensar, modelo en algún m odo de los restantes, se puede decir incluso que los propósitos están presentados de m odo excesivamente modesto y estamos asistiendo al nacimiento de algo que debe ser muy positivo para la filosofía española. Supongo que se concederá sin dificultad que Zubiri es una de las figuras de la actual filosofía española que, cuando menos, merece ese estudio y sólo por este cam ino sabre mos a qué atenernos respecto a un pensamiento que ha sido mo tor de relevantes figuras de nuestra cultura. Respecto a la división del material de este volumen, lo agru paremos según los tres núcleos anteriormente aludidos, aunque debamos añadir algo sobre los dos textos que abren y cierran el volumen. Uno de los reclamos de este volumen está en ofrecer dos textos inéditos de un fielósofo cuyos escritos son preciosos por lo poco que los ha prodigado. Los textos aludidos ofrecen un gran interés para el estudio de Zubiri. Nadie ignora que S o b r e la esencia representa su madurez filo sófica. Se podrá pensar también que gran parte de la importancia de este texto fundamental estará en el enfoque que permita de distintos problemas filosóficos, algunos entrevistos en aquella obra y otros prolongaciones de la problemática allí tratada. Zubiri abre el volumen con su estudio «La dimensión histórica del ser humano» (pp. 11-69) que es «el texto de una lección dada el 31 de enero de 1974, en la Sociedad de estudios y publicaciones, en un curso titulado T r e s d im en sion es del se r hum an o: individual, socia l e h istó rica » (p. 11). El tema quedó ya rápidamente apunta do en las últimas páginas de S o b r e la esencia, pero responde a una de las preocupaciones más antiguas y constantes de Z u b ir i2, 2. C f. I. E lla cu ría , La historicidad del hombre en Xavier Zubiri, en Estudios de Deusto 14 (1966) 245-85, 523-47.
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