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128 ANTONIO PINTOR-RAMOS Entralgo. Llamamos la atención sobre este estudio riguroso de un joven m é d ic o 8 de amplísima formación científica y filosófica, aca­ bado conocedor del pensamiento de Zubiri. 3 El tercer apartado deberá mantenerse en el futuro y será muy prometedor, aunque presenta notable dificultad. Mencionamos de paso el estudio de María Riaza «Una línea de experiencia que pasa por Kant» (pp. 399-436), ya que sólo de modo muy marginal se refiere a Zubiri. Según explica su autora (p. 402), se trata de parte de un trabajo más amplio que busca seguir la evolución del concepto de «experiencia» en la modernidad. Su paso por Kant es lo que aquí se trata de aquilatar. La inspiración de fondo está — y esto justificaría su inclusión aquí— en la doctrina zubiriana de la experiencia com o «impresión de realidad» (pp. 403, 435), que puede ayudar a comprender la «construcción» kantiana de la experiencia. ¿S e tratará de la «repetición» (Heidegger) de un concepto, esencial desde luego, de la filosofía moderna desde su re­ sultado maduro? El tema elegido es muy sugestivo, pero sólo a la vista del trabajo comp leto podríamos juzgar de su inspiración zu­ biriana y la fecundidad que ello reporta. El trabajo de Femando Montero Moliner «Esencia y respectivi- dad según Xavier Zubiri» (pp. 437-455) es un ensayo crítico que nace de la deficiencia de estudios serios dedicados a Zubiri (p. 439). Quiere iniciar una valoración crítica de los capítulos de la filosofía de Zubiri a que alude su títu lo 9, con un momento positivo y otro negativo: «Si tuviese que indicar sucintamente los dos momentos, uno positivo, otro negativo, que caracterizan la temática de la esen­ cia zubiriana, diría que lo constituyen, por una parte, la resp ectivi- dad y, por otra, la actitud acrítica que hace que esa respectividad no sea considerada desde una perspectiva gnoseológica adecuada 8 . M e parece ser la cristalización de tra b a jos an teriores del au tor: Notas para una historia de la Antropología, en Asclepio 23 (1971) 211-48; El hombre enfermo como realidad personal, en Cuadernos de Historia de la medicina española 11 (1972) 117-159; y, sob re to d o, Persona y enfermedad. Una contribución a la historia y teo­ ría de la Antropología médica, M adrid 1973. 9. E ste tra b a jo fu e p resen tado al S im p osio de L ógica y F ilosofía de la Ciencia en V alen cia el añ o 1971; tengo delante la in form ación d e V . M uñoz Delgado, en Estudios 27 (1971) 615. Sin em barg o, n o aparece en las A ctas p u blicad as c om o Filosofía y ciencia en el pensamiento español contemporáneo (1960-1970), M a­ d rid 1973.

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