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100 MARIO CASAÑAS Es de todos sabido que Jaspers era un sicopatólogo conocid ísi­ m o cuando la pura contingencia de las cosas lo condu jo a la filoso­ fía: una enfermedad que le impidió hacerse cargo de la clínica si- quiátrica de Heidelberg lo obligó, casi contra su voluntad, a acep­ tar una cátedra de sicología, en la facultad de letras de la misma un iversidad2. Es cierto, la impronta de la vocación filosófica se encuentra ya en la célebre sicopatología de 1913. Pero la evolución ineluctable hacia el pensar puro se diseña con perfiles cada vez más claros en los años, por así decir, del magisterio sicológico de Jaspers. Es allí donde nacerá la célebre sicología de las concepciones del mundo: libro de los más importantes de este siglo; y que sin ser completa­ mente filo s ó fico 3, es com o un puente entre el Jaspers científico y el Jaspers filósofo o el segundo Jaspers, com o nos place a nosotros el calificarlo. Por lo demás, es en la sicología de las concepciones del mundo donde se encuentran ya nacientes las fuentes de donde Jas­ pers beberá sus grandes inspiraciones: Kant, Kierkegaard y Nietz­ sche. Porque, en resumidas cuentas, lo que el autor de la sicopato­ logía ha querido realizar es la síntesis, tal vez imposible, entre es­ tos tres pensadores estelares. De Kant él toma el problema crítico; de Kierkegaard la inspiración para su teoría de la existencia singu­ lar; y de Nietzsche los grandes temas del fin de la metafísica. Si bien hemos de advertir que esta división metodológica no es toda la verdad, ya que nuestro autor encuentra los grandes temas de su vida en cada uno de los tres pensadores; com o si ellos estuvieran conducidos y entrelazados por un destino, que es más que cada uno de ellos. Este destino es para Jaspers la englobante; y la referencia de este destino, la existencia irrepetib le4. Entre estos dos factores jue­ ga el pensamiento de nuestro autor; de tal torma que irremedia­ blemente si se trata de uno hay que tratar del otro. La englobante es el ser on tològ ico; pero no el ser del pensa­ m iento clásico; el ser de la metafísica tradicional, en cualquiera de las escuelas realistas o idealistas, es permeable al pensamiento: el ser, en definitiva, es c o n c e p to 5. No así para Jaspers; en su teoría 2. En e fe cto , Jaspers d efen d ió su tesis de sicolog ía (1913), delante de un tri­ bunal p re sid id o p o r W indelband. 3. C on esto qu erem os d ecir que la p rob lem ática de la ob ra es una d escrip ción sicológ ica de los tipos hum anos fundam entales, p e ro b u sca n d o a la vez su tras­ fo n d o filosófico. 4. C om o verem os en seguida, la existencia está en relación co n la englobante: referida a ésta. 5. E s decir, qu e p o d em o s co n o c e r la realidad.

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