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EL TEMA DE «LA MUJER DE JOB». 93 La escena proviene de una «Leyenda morisca» — la E s to ria y re­ contam iento de Job 13— en la que no consigue Satán, con todas sus tretas, sorprender a la mujer de Job e indisponerla con él, a dife­ rencia de lo que ocurre en las dos obras mencionadas. En los T raba jo s de Job — bajo cuyo título conocemos una pieza del teatro de misterios 14 y un drama, compuesto por Felipe Godí- nez 15— la esposa es realmente «consorte» del marido en la vida y el dolor. Ambos autores describen su felicidad conyugal y les pre sentan sn escena dándose repetidas muestras del mutuo afecto. Y esa relación se mantiene también en la desdicha, que sobrelle­ van unidos: el uno va a mendigar el alimento para el otro, pensan­ do antes en él que en sí mismo. Pero como Satán estaba empeñado en que la infelicidad de Job fuera juzgada un castigo de Dios, todas las puertas se les cierran. La única diferencia entre ellos radica en su visión de los acontecimientos, pues el marido permanece siem­ pre sumiso al querer divino, en tanto la esposa lo ve todo de tejas abajo. En ningún momento duda de la justicia de Job, lo ama, le es fiel, se le confía..., pero le es imposible penetrar en los designios de Dios. Esta interpretación del personaje femenino dimana nuevamente del relato de la Leyenda Morisca , que hace de la mujer de Job un dechado de esposa amante. La contraposición que observamos en la recepción literaria del tema bíblico de la mujer de Job y que dio lugar a dos imágenes tan diferentes de la misma, arranca de las dos tradiciones distintas en que se inspiran. La tradición eclesiástica y teológica se apoyó en el breve coloquio de Job II, 9 s . 16 para trazar un retrato negativo del personaje, llegando a convertirlo, como a Eva, en cómplice de Sa­ tán para perder al hombre 1?. Nada extraño que la perversidad de Job sobre los músicos se funda, según V. Denis, en Job X X I, 12 y Job X X X , 31 (Saint Job, patrón des musiciens, en Revue belge d’archéologie et d’histoire de l’art 21 (1952 ) 253-298). J. Leveque, por el contrario, piensa que el origen de ese patronazgo está en el apócrifo Testamentum Jobi, según el cual obsequia el patriar­ ca a cada una de sus tres hijas con un instrumento musical para que con él alaben a Dios (cf. su comentario Job et son Dieu, Paris 1970, 121). 13. F. Guillen Robles, Estoria y recontamiento de Job, en Leyendas moriscas sacadas de varios manuscritos existentes en las Bibliotecas Nacional, Real y de D. P. de Gayangos, I, Madrid 1855, 225-263. 14. Anonimo, Los trabajos de Job, auto sacramental (Cat. de las piezas de tea­ tro, B. N. de Madrid, ms. 17036). 15. F. Godinez, Comedia famosa. Los trabajos de Job, primera parte de co­ medias escogidas..., t. 18, Madrid 1652. El Job de Godinez se basa en el de la pieza anónima del teatro de misterios, que se limita a amplificar, alargando, los diálogos sin introducir variaciones en el contenido. 16. Completado con Job X I X , 17: «Halientum meum exhorruit uxor mea».

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