PS_NyG_1975v022n001p0059_0090
SOBRE LA GRACIA Y SU TEOLOGIA 73 zonas donde se piensa el cristianismo como fenómeno en descom posición. El interés que le otorgamos a este tipo de confrontación desde el exterior, nace del hecho de que la teología no puede re nunciar a interpelar indiscriminadamente toda conciencia huma na, cualquiera que sea la disposición que la caracterice. Las pre tensiones de la fe son tan universales y absolutas que no pueden ni desestimar, ni amilanarse ante ningún reto, venga de donde vi niere. Sólo de cara a ellos se discierne y se revalida a sí misma ante los hombres. Va en ello la honestidad con que se recomienda a sí misma. Pues bien, partiendo de esta conciencia y de esta liber tad de la fe, que, convicta de poseer el humilde privilegio de la ver dad, no rehúye el riesgo ni el desafío con cualesquiera otras com prensiones opuestas de la existencia, podremos abrirnos sin prejui cios y con imparcialidad a las réplicas exteriores que ponen en cuestión nuestro quehacer y nos procuran de este modo el punto de partida para nuestro reconocimiento. Como antes sugerimos, nos serviremos para ello de una visión crítica de la teología cristiana, que si se declara antirreligiosa lo es — a su propio entender— como derivado paradójico de la fene cida era cristiana. Nos estamos refiriendo al movimiento de la Muerte de Dios. Este movimiento que pretende ser representante de un nuevo humanismo post-cristiano, tiene para nosotros el in terés de saber que, aunque no sea más que de manera negativa, se refiere desde fuera a nosotros, a nuestra teología. No nos desvia mos con ello del «philum» de nuestro discurso, la gracia, porque en una interrogación teológica radical, la cuestión clave es la de si la salud del mundo es o no un asunto de naturaleza religiosa; y pre guntarse esto, nos sitúa en la línea de afrontar el dilema de gravi tación de todo pensamiento sobre si la relación de Dios para con la historia debe ser entendida en términos de benevolencia y de gratuidad. a) Deshaucio de las teologías 4 Probablemente lo más interesante para nosotros de los propó sitos pretendidos por la argumentación de los teólogos de la Muer te de Dios, es el que nos es presentada como una reacción contra la teología en cuanto tal. No pasa nada en el mundo tan grave 4. Todas las referencias que vamos a hacer aquí del movimiento de la Muerte de Dios, serán tomadas de un solo autor y de una sola obra; hemos querido ha cerlo así para no exponernos a una dispersión que, en este caso, no es necesaria. Se trata del libro de G. V ahanian , The Death of God. Las citas que se harán de él a continuación remitan a la traducción francesa La Morí de Dieu, Paris 1967.
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz