PS_NyG_1975v022n001p0043_0058

EL SINODO DE LA EVANGELIZACION. 45 sentada en la primera parte. Todo ello tiene unidad de intención y de fin: fomentar la evangelización en el mundo de nuestro tiempo4. I MUTUA COMUNICACION DE EXPERIENCIAS EVANGELIZADORAS Mundo actual: tarea y esperanza A raíz de estas aportaciones se conocen — mejor que antes— las características de nuestro mundo y las circunstancias en que se debate la Iglesia en las diversas regiones; y no sólo las carac­ terísticas, sino también su sign ificación : «los signos de los tiem­ pos». Esto impulsa a la Iglesia a busca r nuevos cam inos y nue­ vos medios para evangelizar, apropiados al mundo actual. El ba­ lance del diagnóstico no es pesimista, ya que, si bien es cierto que hay nuevas dificultades para el evangelio, también es verdad que en el mundo actual existen nuevas oportunidades que facili­ tan su expresión e irradiación. Las dificultades a las que se refiere el documento de trabajo a nadie se le ocultan: el mundo actual tiene enorme dificultad para percibir los valores evangélicos, no identificables por los métodos positivos de experimentación: la fe, la gracia, la justicia y el desprendimiento de los bienes econó­ micos, la castidad, etc. La opción esperanzadora está basada en palabras del Señor: «Elevad la mirada y ved campos abiertos con abundancia de m ies»5. Es decir, que en el fondo es el Espíritu Santo el que está impulsando a las Iglesias particulares y a la Iglesia toda a cum­ plir en todo tiempo la misión que Cristo le ha encomendado. Bueno es comunicar estas experiencias de evangelización para tenerlas en cuenta, aunque con discernimiento y analogía, no siempre como copia literal y unívoca. El «Instrumento de trabajo» opta por un concepto persona­ lista de la evangelización: dice que primero se debe hablar de las personas que promueven la evangelización y de las personas a las 4. «Ad fovendam evangelizationem in mundo huius temporis» (n. 3 al final). 5. Jn 4, 35,

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz