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8 G E R M A N Z A M O R A numerosos m iembros del clan Abastas que había optado por la carrera eclesiástica. De su puño y letra legó una descripción insólitamente larga y detallista del aspecto religioso y burocrático de aquella boda: «Año de 1735. D . A l e ja n d r o y D ñ a . I s a b e l . Hoy, veintisiete de enero de este año de mil setecientos y treinta y cinco, yo, D. Ñuño An­ tonio Calvo de Abastas, con licencia del señor D. Manuel de Ojeda y Ordóñez, cura de la iglesia de San Pedro de esta villa, y en su presencia, asistí a los desposorios que, por palabras de presente, se celebraron entre Dña. Isabel de Abastas, hija legítima de D. Fer­ nando Manuel de Abastas, y de su legítima mujer Dña. Isabel Cal­ vo, vecinos de esta villa de Villalpando, y feligreses de la referida iglesia, y D. Alejandro Martínez Arce y Soto, hijo legítimo de D. José Martínez Arce Soto y Quiñones y de Dña. Teresa Urueña, ya difun­ tos, vecinos que fueron de la villa de Gordoncillo; con despacho del señor Provisor de este Obispado, en que dispensa las tres canó­ nicas moniciones por el origen del referido contrayente y residencia en esta villa; y, habiéndose publicado en ella en tres días festivos al tiempo del ofertorio de la misa popular y certificación de haberles publicado también D. Pedro Valbuena, prior y cura de la iglesia de Santa María en ella, por ser de allí feligrés el contrayente, y no haber resultado de unas y otras impedimento. Fueron testigos de lo referido dicho D. Pedro Valbuena, D. Bernardo Aguado, D. Carlos Vasco, presbíteros, y otros muchos. Y para que conste, de licencia de dicho señor cura, lo firmo en Villalpando, hoy, día ut supra... Ñuño Antonio Calvo»9. Los bienes dótales aportados al matrimonio o recibidos du­ rante él por la esposa se elevaron a 20.000 reales, y a 20.154 los traídos por el novio. La nueva familia se estableció en Villalpando, probablemente en una casa que poseía en la Plazuela de Santo Domingo; era una vivienda de cierta holgura, «con salas baja y alta, y otros diferentes cuartos, corrales, bodega con dos cubas viejas, lagar con sus pertrechos». Esta casa, cuyo alquiler en 1752 podría valorarse en un centenar de reales de vellón, fue tasada en 1764 en 5.000 reales. El inventario de sus muebles, hecho al mo­ rir el propietario en la fecha indicada, incluye una estufa de nogal, valorada en 60 reales, tres tapices grandes y uno pequeño, una mesa de pino, un banco sin pies, dos escaños, una tarima y un platero con su caja, ajuar cuya insignificancia podría explicarse por haber trasladado parte de su mobiliario a Gordoncillo cuando, cinco años después, emigraron a esta villa. 9. I b ., Libro de casados y velados de la iglesia parroquial de San Pedro, f. 7.

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