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F. DE VILLALPANDO, PROTAGONISTA. 37 Siglo de las Luces utilitarias proclamaba, con furor creciente, inúti les y que el propio Villalpando anatematizaría muy pronto. A ese número hay que adscribir la defendida por uno de sus discípulos, candidato a la vacante, que ganaría con su agudeza dialéctica, a saber, si el movimiento de un ángel es en él algo real y significa una relación que le sobreviene ab extrínseco 63. V El 6 de octubre, «no hallando reparo el P. Fray Francisco de Villalpando, Maestro que había sido de Estudiantes del Curso an tecedente, fue elegido por Lector. Se le asignaron doce estudiantes, la residencia de El Pardo y la fecha del 13 del mismo mes para «subir al aula». En su vida se iniciaba una singladura nueva, de máxima respon sabilidad. Ya no era el segundo de a bordo, sino el piloto. La for mación de una parte de la juventud de la Provincia estaba en sus manos. Y ello, no sólo en lo científico, sino también en lo moral y espiritual, pues ambas facetas comprendía el cargo de Lector, como insistentemente inculcaba el decreto reorganizador de la ins trucción religiosa de 1757, cuando decía: «Proponemos al final lo que es, de suyo, lo principal y que más se ha de tener en cuenta, a saber, la preocupación por la disciplina religiosa y la práctica de las virtudes, que recomendamos con el mayor aprelnio a los Padres Lectores, ordenándoles tengan frecuentes conferencias espirituales». Era de su competencia el conducirse con los educandos como ver daderos «preceptores y pedagogos»64. A fin de que su dedicación a tal émpresa pudiera ser más plena y eficaz, les estaba prohibido a los Lectores el salir a predicar durante la mayor parte del año. Esta doble misión de su nuevo cargo le era familiar; por ello dedicará el tomo primero de su Ph ilosoph ia, insólitamente en otro caso, «al milagro y espejo de penitencia, santidad y perfección re ligiosa, san Pedro de Alcántara». En su figura veía hermanadas las dos vertientes del saber y la bondad que deberían procurar adqui rir los destinatarios inmediatos de su libro. Es presumible que el nuevo Lector se lanzara a desempeñar su función, en aquella apertura de curso del 13 de octubre de 1775, con la misma conciencia profesional y afán de ayudar a sus oyen 63. Viridario..., 479. 64. Providus quisque, ed. cit., 263-264.
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