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32 G E R M A N Z A M O R A algunos círculos claustrales bien significados. Villalpando se limi­ tará a constatar la expulsión de los jesuítas, en el lugar y tiempo indicados, sin que del texto pueda colegirse su aprobación, aunque el contexto pudiera sugerir lo contrario. La ruleta de cambios geográficos a que estaba sometida la exis­ tencia del profesor entre los Capuchinos castellanos, se puso en movimiento para Francisco de Villalpando antes de conclu ido el primer año de su actividad com o Maestro de Estudiantes (1767-68). Alumnos y profesores fueron trasladados a Valladolid, cuyo con ­ vento había quedado vacante por haber terminado en él su forma­ ción un curso de teólogos. Antes del traslado, hubo de presentar a exámenes a sus primeros discípulos. El cronista refiere el hecho lacónicamente: «E l día 11 se examinó el Curso del R. P. Inocencio de Matute, de Gramática, Súmulas y Lógica, en este convento de San Antonio, de Madrid, y todos quedaron aprobados» M. También se p rodu jo otro cambio, que atañía más íntimamente a la enseñan­ za, que el meramente geográfico: se dejó de enseñar la Filosofía por el texto del helvético Gervasio de Breisach, y se mandó adoptar el texto de Sebastián Dupasquier (1630-1718), a quien se conside­ raba com o escotista. No obstante esta etiqueta, la En ciclop ed ia filo­ sófica italiana lo cataloga recientemente entre los pensadores inno­ vadores, dentro de la Escolástica, más bien que entre los seguido­ res del escotismo. En realidad, no estaba Dupasquier libre de in­ clinaciones eclécticas, aunque dentro siempre de la Filosofía tradi­ cional, buscando la solución de algunas cuestiones en el molinismo, com o en la clásica de la p ra em o tio physica , que resolvían la mayo­ ría de los escotistas al m odo tomístico, y él resuelve apelando al influjo inmediato de la Causa Primera sobre las segundas5S. Por esto mismo es dudoso que el motivo del cambio fuera la proh ibi­ ción oficial de doctrinas jesuíticas, com o la de la ciencia media; más probable parece explicarlo la relativa apertura de este autor y su espíritu innovador, patrocinado por Villalpando. En el período académ ico 1768-69 volvía éste a Valladolid, la ciu­ dad donde pasara su «primera juventud» y donde es seguro que no carecía de relaciones, dentro y fuera de la Universidad: allí moraba 54. Viridario, 432. 55. Ib., 439. Enciclopedia Filosófica, V I, Firenze 1969, col. 1.297. E l franciscano conventual S ebastian D upasquier (1630-1718) fue autor de una Summa philosophiae scholasticae scotisticae (Lyon 1692), en 4 vols., y de una Summa theologiae scotis- ticae (Ib., 1695), en 8 vols. «II D. non si limita a ripetere Scoto, il suo filosofo e teo- logo preferito, ma apporta al pensiero scotistico vedute e contributi personali» (F. S imoncioli ).

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